La sal de mesa es uno de los condimentos más antiguos utilizados en la alimentación, forma parte de la cultura culinaria de casi todo el mundo y además es un conservador de alimentos por excelencia.

La sal es un generador de apetito, modifica nuestro comportamiento frente a los alimentos además de estimular su ingesta. La ingesta elevada de sodio, uno de sus principales componentes es uno de los factores que incrementan el riesgo de presentar hipertensión arterial, una de las enfermedades más frecuentes en la población mexicana adulta y cuyas complicaciones están dentro de las principales causas de muerte en nuestro país.

Por otro lado, estudios recientes han demostrado que una ingesta baja de cloruro, otro de los componentes de la sal, incrementa la mortalidad hasta un 20% en los pacientes con hipertensión arterial.

La sal de mesa también contiene potasio, aunque en menor cantidad. Existen estudios que han demostrado que una ingesta moderada de potasio reduce la presión arterial, el riesgo de infarto agudo al miocardio y de enfermedad renal, además de prevenir el engrosamiento del músculo cardiaco debido a hipertensión arterial.

Por último, y no por eso menos importante está el yodo, que fue adicionado a la sal de mesa hace muchos años con el fin de cubrir las carencias nutricionales de yodo en algunas dietas locales, previniendo así defectos de nacimiento que iban desde retraso mental hasta pérdida del control muscular y muerte en los no nacidos y enfermedades tiroideas en los adultos.

Como puedes ver, el consumo de sal tiene sus pros y contras, es un ingrediente esencial en la preparación de la mayoría de los alimentos por lo que no es posible ni sería correcto eliminarlo de la dieta, lo que si podemos hacer es moderar su consumo para aprovechar mejor todos los beneficios que tiene y evitar los riesgos que produce.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta diaria de sal menor a 5 gr, lo que supone una ingesta de sodio aproximada de  2 gr diarios. Esta recomendación surge después de que varios estudios demostraron que las personas que consumían menos de 3 gr de sodio al día rara vez presentaban hipertensión arterial; y que la mayoría de los pacientes con hipertensión arterial tenían un consumo desde 3gr hasta 6gr de Sodio al día.

Dentro de estas recomendaciones de la OMS también se establece un consumo de potasio de al menos 3.5 gr diarios, que incluiría no solamente el potasio que tiene la sal de mesa, sino enriquecer nuestra dieta con alimentos ricos en potasio.

Finalmente, y para no dejarlos con la duda, 5 gr de sal de mesa equivalen a una cucharadita de sal, que contiene menos de 3gr de sodio, esa cucharadita equivale a mucho más de lo que necesitan la mayoría de los platillos culinarios en su preparación, quitemos la costumbre de poner la sal en la mesa, para poder aprovechar su sabor y todos sus beneficios por mucho tiempo más.