Hoy fui a la marcha #YosoyMara, no fue mi iniciativa, Alejandra me invitó, llegamos tarde al contingente pero las alcanzamos en la Alameda, caminamos junto con otras mujeres y rodeadas por hombres, varias veces vi fotógrafos y fotógrafas que documentaban los gritos de enojo, sentí que éramos muchos en ese momento, pero en realidad éramos muy pocos, escribo esto porque yo iba muy cerca del “grupo radical” que sacó a Jenaro Villamil de la marcha y al principio no entendí la razón pero después todo hizo sentido.

Es bueno que los hombres estuvieran en la marcha, sí, y se agradece su participación, ¿qué es lo importante?, les pidieron a los hombres que marcharan atrás, cuando algún hombre se metía en el contingente principal le decían que marchara atrás y sin más reclamos lo hacían. A Jenaro le pidieron que se fuera a marchar con los de atrás y no quiso, e insistió y con risa burlona intentó incorporarse varias veces en el mismo bloque, hasta que le gritaron y lo obligaron a no acercarse.

Regresé a mi casa y empecé a leer en twitter comentarios como “¿Qué más les da el apoyo de los hombres?, si los hacemos a un lado ¿no estamos radicalizando la lucha? Si no permitimos que los hombres marchen con nosotras estamos fallando como sociedad, él nos entiende, él se preocupa”

Quieren saber por qué hizo mal el periodista, porque si le dijeron que NO, NO es NO, aunque quiera ayudar, y aunque su intención haya sido la más buena, pura y santa, le dijeron que NO. Y eso es algo que todos deberíamos aprender a entender, pudo haber grabado desde su lugar, o incorporarse en el final del contingente, pero ayudó a demostrar que aun la situación más pura y desinteresada puede vulnerar nuestra tranquilidad y que si estamos enojadas, NO SIGUE SIENDO NO.

La inseguridad con la que salimos a las calles es la misma desde hace muchos años, pero yo todavía confío en que algún día mi madre, mi hermana, mis amigas, mis sobrinas, y todas las mujeres podamos salir a la calle sin ser acosadas, y sin tener que aprender a defendernos.