El pasado fin de semana, tuve la oportunidad de viajar a la capital del país para presenciar el poder y los alcances que llega a tener el corazón.

Tres camiones repletos de aficionados viajaron al estadio Olímpico Universitario con la firme convicción de ver triunfar a su equipo. La victoria de su “hermano” ante los Leones Negros, mantenía viva la esperanza blanquiazul.

Dicen, que el corazón, todo lo puede y todo lo vence, está vez no. Ante más de 17 mil aficionados, Pumas de la UNAM, ligó su tercera victoria consecutiva, mientras que Puebla cosechó su segundo descalabro en fila.

Gente que ahorró dinero, alentó todo el partido y lloró al finalizar el cotejo, está más que devastada. Años de mediocridad, parecen tener un fin.

La Franja se está yendo por de la peor forma, sin corazón, pasión, ni amor a dichos colores.

Es cierto, matemáticamente, los camoteros aún no están descendidos, pero anímicamente, están muy golpeados. Dos jornadas claves en línea, donde él equipo se va al frente y termina siendo doblegado, dice mucho, de un equipo que pelea  por no dejar la categoría.

Tras la derrota ante Chivas, se dijo que los próximos partidos serían como autenticas finales, pero con todo respeto, no han cumplido con tal declaración.

A propia opinión, el equipo se encuentra inmerso un problema enorme, donde desgraciadamente, su destino, ya no depende de ellos, sino de otros equipos. La oportunidad de que los “melenudos” vuelvan a caer, existe, sí, pero también el equipo tiene que sumar, y a sumar, me refiero a ganar, un empate, no ayuda nada a este viacrucis llamado descenso.

El destino es tan noble, que al Puebla se le presentará su “última carta”, el todo o nada, llegará dentro de veinte días, cuando se midan la U de G y la Franja  en el mismísimo estadio Jalisco.

Serán dos semanas clave para los poblanos, en donde se deberá revertir la situación o terminar por hundir el barco en el fondo de la porcentual. Puebla, el “juicio final” está por comenzar…

El pueblo pide un culpable

Lo más fácil es encontrar a un sólo culpable, cosa que se ha hecho en las últimas semanas.

Se reventó y criticó  a Eisner Loboa, quien hoy no aparece ni en la Copa, Wilberto Cosme, jugador que fue relegado al torneo copero, por su poco compromiso futbolístico hacia club y por último Efraín Cortés, él señalado por muchos, vive en estos momentos una lesión que lo podría dejar fuera el resto del torneo.

Esto, es y siempre ha sido un trabajo en equipo, lo que dejen de hacer los delanteros y los fallos de la defensa, están marcando el pronto futuro de una Institución que presume dos Ligas en el máximo circuito.

Existe un antes y un después, las tres victorias al hilo, marcaban la ilusión de pelear por un titulo, atrás se quedaba los miedos de un tercer descenso, era fiesta y alegría en la Angelópolis.

Después, el juego contra Chiapas, mostró las frágiles carencias en línea defensiva, Chivas y Pumas, sin ser los mejores en el torneo, aprovecharon este factor y tiraron a la basura los sueños de miles de poblanos.

José Guadalupe Cruz, como líder, debería dar la cara, así como lo hizo contra Chivas, donde sentenció que esto no terminaba, comentó que faltaba camino y que el equipo se iba a salvar. El pasado domingo, su ausencia en la conferencia de prensa, marcó una pobre responsabilidad ante la gente, quienes son informados por los medios de comunicación.

Estoy consiente que aún queda camino, pero este luce muy complicado, solamente el mismo tiempo le dará al Puebla la razón o una lección…  

Manolo Rodríguez

@manuelistiko