En México, el descenso se define hasta la última fecha. Para quienes aseguraban que Club Tiburones Rojos están descendidos, hoy continúan defendiendo sus palabras, pero con un fuerte  miedo a equivocarse.

La situación es complicada, cruda e inimaginable. El 24 de febrero, Lobos BUAP daba un golpe fatídico al candidato número uno al descenso, Veracruz. Esa noche, el vestuario licántropo estaba invadido por la alegría e ilusión. Los Tiburones ganaron en la grada, pero los Lobos en el campo.

Desde esa fecha La Manada no ha ganado. Han pasado cuatro jornadas, con un balance de tres derrotas y un empate. En números, ocho goles en contra y cuatro a favor. Solamente en un partido, los universitarios han estado al frente en el marcador. Fue ante Club León (Jornada 12) y terminó en empate.

En contraparte, Veracruz ligó dos derrotas tras perder en Ciudad Universitaria. Pero, en casa se volvió inquebrantable y consiguió sus dos últimos triunfos. Es verdad, los escualos no juegan bien, pero ganan, con lo justo.

Innegable la polémica arbitral que envuelven los triunfos de los jarochos. La Rectoría de la BUAP podría volcarse ante la Federación, exigir por la anulación de puntos y un mejor arbitraje, es valido. Pero aún más valido, trabajar en sus errores. Inconcebible la facilidad que tienen los rivales para marcarles gol, y aún más, la corta contundencia frente al arco.

No todo es malo. Lobos BUAP tiene su futuro en sus manos. Hoy, no depende de otros ni de combinaciones, sólo de ellos. El número mágico es siete. Doce puntos en disputa que traducidos son, dos visitas (Cruz Azul y Monterrey), y dos localías, (Necaxa y Puebla).

Un error que marcaría el regreso a la Liga de Ascenso, sería el despido de Rafael Puente del Río en la Dirección Técnica. Sería ilógico y equívoco decirle adiós al entrenador que puso a los Lobos en Primera División. Eso, es agradecimiento, pero también es prevención, puesto que cualquier Técnico que llegué y fracase, tendrá como excusa principal “este equipo, yo no lo armé”.

La situación no es diferente para el Club Puebla. En un tobogán se han convertido los resultados para el club. Desde la jornada 10 (último triunfo), los blanquiazules no han ganando, y suman tres derrotas al hilo.

Fieles a su historia. Los Poblanos, se convirtieron en un bálsamo para los equipos contrarios. Sacaron del “bache” a Atlas y Querétaro; uno que no ganaba desde hace fechas, y el otro que no ganaba en casa desde agosto de 2017.

La fortuna continúa sonriendo el Coloso de la Colonia Maravillas, al día de hoy, la liguilla se estaría realizando en el dos veces mundialista estadio Cuauhtémoc. La séptima posición más que defender, se debe aumentar ya que detrás de ellos están ocho equipos con la esperanza viva, de colarse en la fiesta grande.

Por cierto, sólo en México pasa. El último lugar de la tabla, le gana al primero. Los Rojinegros, vencieron a Club Santos por tres goles a dos, con un Rafael Márquez que sigue alzando la mano para Rusia 2018.

Manolo Rodríguez

@manuelistiko