Economía: ¿ciencia oculta?

Últimamente, con el tema de las famosas “reformas estructurales” se ha hablado y empleado muchos términos y conceptos de la ciencia económica. Muchas personas no afines al área se cuestionan qué se quiere decir con tal o cual palabra e idea.

Ciertamente, muchos economistas hacen ver la ciencia como “un algo sobrenatural invisible” que solamente mentes superdotadas pueden conocer su cara; los demás sólo podemos contemplar sus efectos.

¿Es tan poderosa que puede en un segundo empobrecer a millones de personas y enriquecer a unas mínimas sin que ninguna fuerza política, social o moral sea capaz de ponerle freno?

 El concepto de “economía” se ha venido distorsionando como si el sentido común no tuviera cabida alguna; como si fuera inaccesible al razonamiento sencillo y sólo apto para cerebros con poderes especiales; como si detrás de ella no existiera  un puñado de personas que la manipulan, se especula y la dirigen.

Las crisis económicas y financieras no son una desgracia que surge por generación espontánea,  imposibles de controlar o de prever.

Los grandes sucesos económicos no ocurren por azar. Las crisis se incuban y hasta se prefabrican. Se oculta su proximidad y luego se disparan. Es la mano del hombre la que las hace germinar.

La economía no tiene personalidad, ni es un fantasma a quien no se le pude pedir cuentas de sus acciones. Hacer creer esto hace que quienes mueven sus hilos queden protegidos tras bambalinas.

Ellos son los que gradúan la oferta y la demanda; suben los déficits; aumentan los endeudamientos; suben los intereses sin causas reales; desaceleran la capacidad productiva; hacen circular más o menos circulante; dan vía a la especulación y hunden la moneda que conviene a sus intereses.

Con esto, hacen que se privaticen las ganancias y se socialicen las pérdidas. A los empobrecidos se les dice: “la medicina es amarga, pero necesaria”.

Las explicaciones de lo ocurrido en una crisis son diversas y muchas veces contrarias entre sí para confundir y hacer ver que fue “obra de la naturaleza económica” sin responsables concretos.

Las explicaciones de los cerebros de Harvard, Yale y los “Chicago Boys” son a través de consideraciones esotéricas, de conceptos que la mayoría de las personas no es capaz de comprender, sólo mentes privilegiadas. Los ciudadanos sólo deben pagar, callar, sacrificarse y obedecer.

Estos exégetas hacen un retorcido de la semántica para ocultar lo que en realidad significan ciertas palabras. Por ejemplo:

Se dice                                    Pero significa

• Ajuste                          Alza de precio
• Desliz                          Devaluación gradual
• Devaluación                  Robo patrimonial masivo, atraco económico
• Flotación                      Hundimiento
• Microeconomía             Empobrecimiento del pueblo
• Macroeconomía            Enriquecimiento de pocos
• Actualización                Aumento de tarifas
• Ajuste patrimonial          Venta de paraestatales
• Inconformado                 Guerrillero
• Desaceleración              Desempleo
• Modernidad                   Burbuja, bomba de tiempo
• Austeridad                    Más pobreza
• Estanflación                  Inflación y desempleo
• Inflación                        Impuesto gradual
• Especulación                 Incremento de fortunas sin trabajar ni producir

En fin, se burlan de la finalidad de la ciencia económica que nos es más que satisfacer necesidades humanas. Si no se cumple esta finalidad, ninguna escuela o teoría económica tiene sustento. La ciencia económica no es incomprensible, es sencilla de explicar y entender.