¡Alerta máxima ante una política económica podrida!

 

S.O.S: ¡oh! y ahora ¿quién podrá defendernos?    

 

                                                                                                                       Parte I

 

          Por: Jaime Gómez Bretón.

 

                                                                                         Fuente: El Financiero

 

No cabe duda que somos unos grandes aprendices, pero en sentido contrario, como los cangrejos. Mientras unos países vienen de regreso, nosotros vamos de ida. Y es que lo que nos muestra el cuadro de esta columna es una evaluación en la que obtenemos una calificación de “diez” en todo. En esto sí ocupamos los primeros lugares a nivel mundial.

 

El politólogo Juan Luis Hernández dice: “hay que conocer nuestra realidad para poder transformarla”. Ésta se caracteriza por una dualidad. Por un lado, los datos son duros y pareciera ser que la corrupción, la impunidad y la injusticia prevalecen en todos los ámbitos. Sin embargo, también está la otra de muchos sectores de la sociedad que nos inyectan una dosis de esperanza con sus acciones concretas a favor de los demás, y nos dan el testimonio que sí se puede vivir en un mundo mejor para todos.

 

El entorno externo está caracterizado por una crisis estructural del neoliberalismo. En Estados Unidos y Europa se ha vivido por encima de sus posibilidades, acumulando deuda irresponsable e impagable en todos sus sectores durante los últimos 40 años. Un consumismo voraz basado en crear y producir “necesidades” innecesarias, así como una concentración de riqueza avasalladora en el 1% de la población mundial como para poder tomar decisiones políticas, económicas y sociales a favor de sus intereses y en detrimento de los del 99% restante.

 

Una crisis de valores y moral donde la dignidad del ser humano es reducida a un valor monetario acorde a los bienes materiales que posee;  a lo que produce y a lo que consume. Anti-valores como el éxito, liderazgo y competencia manipulan y robotizan a la sociedad alimentando el individualismo, la superficialidad,  el egoísmo y la soberbia. La solidaridad y la fraternidad son “cosas del pasado”.

 

Este panorama conlleva a consecuencias severas en todos los ámbitos durante el desarrollo integral del ser humano y de la sociedad. En esta primera parte se priorizará los datos económicos. En la segunda parte los políticos y, finalmente, en la tercera, los sociales.

 

La Realidad Económica actual en México.

 

En México se dedica más tiempo al trabajo, pero también tenemos la productividad más ineficiente. La reforma laboral aprobada en 2012 no contempla ni se quiere entender lo que significa trabajo digno.

 

Uno de los conglomerados más grandes e importantes de México reconoce 717 mil empleados, de los cuales 500 mil no tienen contrato ni seguridad social. El 24.4% de los jóvenes entre 15 y 29 años no estudia ni trabaja (OCDE). 28.9 millones de personas, es decir, el 59.9% de la población ocupada en el país sólo encuentra modo de sobrevivencia en la informalidad o en el crimen organizado. La tasa de desocupación total quedó en  4.25% de la Población Económicamente Activa (PEA) en 2013 (INEGI).

 

Es uno de los países que más recursos destina a la educación en proporción del PIB, y tenemos el peor desempeño escolar. La reforma educativa es más de carácter administrativo; la calidad en la educación simplemente no existe ni es tema de interés. Los resultados en la última prueba Enlace son desastrosos.

 

El PIB en México ha crecido en promedio 2.2% en los últimos 25 años. Si se le resta el incremento poblacional, la realidad es que ha crecido 1% por año.

 

México tiene una de las tasas más altas de inequidad de ingreso de todos los países miembros de la OCDE. Tiene uno de los más bajos gastos públicos expresado como porcentaje del PIB en apoyo al desempleo. Exhibe el salario mínimo más bajo en relación al salario promedio (OCDE). Su poder adquisitivo ha perdido el 72.8% en los últimos 36 años. En 2014 se presume un aumento promedio de 3.9%, ¡qué raquítico e irónico! No más porque “genera inflación”; es decir, se incurre en pecado mortal.  Pero los aumentos de los políticos y magnates de cuello blanco “no la generan” curiosamente, ¿qué raro no?

 

El sueldo del director general de una empresa grande en México es 39.52 veces mayor que lo que percibe un asistente con algún tipo de formación en la misma compañía, lo que resulta en una de la más alta desigualdad de ingreso en el mundo. En la India es de 40.17 veces; Francia, 17.62; Estados Unidos, 16.48; Reino Unido, 14.47; China, 13.87 y Noruega, 5.98 entre otras. Los políticos mexicanos son los mejores pagados del mundo y la mayoría brilla por su ineptitud, ineficiencia e irresponsabilidad.

 

El gobernador del Banco de México se metió literalmente $800,000.00 de aguinaldo en diciembre de 2013, cuando 4 de cada 10 empleados del país no ha visto al día de hoy ni el polvo de su legítimo derecho laboral. Y todavía hay quien dice que esto se justifica. El abuso que se ha convertido en “legal” nunca será moral ni justo.

 

Entre 2008 y 2010 las personas con dificultad alimentaria aumentaron en 4.2 millones, hasta llegar a 24.9 millones en todo el país. Los subsidios gubernamentales benefician más a los ricos que a los pobres. El 20% más pobre recibió el 5% del ingreso, mientras que el 20% más rico el 50.1% (INEGI 2010).

 

Gobiernos,  bancos, fondos de pensiones y especuladores se lanzan a comprar 63 millones de hectáreas de tierra en África, Asia y América Latina para poseer el mercado de los alimentos. ¡Diez trasnacionales controlan todo el alimento del mundo!, por eso manipulan su precio y cantidades a fin de enriquecerse cada vez más. Lo mismo sucede en el campo de la salud.

 

Mil tres municipios tienen el 75% o más de su población en pobreza. En 190 municipios se encuentra la mitad de la población en carencia: Puebla, Iztapalapa, Ecatepec, León, Tijuana y Ciudad Juárez (CONEVAL). Tenemos dizque los programas de combate a la pobreza más eficaces a nivel mundial y seguimos contribuyendo cada año con más pobres, que ya vamos en 55 millones según la OCDE.

 

La reforma fiscal como era de esperarse implica alza de impuestos y sin ampliar la base gravable. A exprimir más a la clase que siempre paga, es decir, ¡adiós clase media!, y los privilegios de la clase política, trasnacionales y una minoría no baja ni un ápice. Esta reforma sí que genera el pecado mortal de la inflación, ¡qué contradicción!

 

El mastodonte de boquete que dejará en recursos monetarios la reforma energética al presupuesto de egresos tendrá que ser pagado y llenado por el pueblo aún más empobrecido de México; otro Fobaproa viene en camino; más botín para los menos. El destino de Pemex y CFE es el mismo que el de la banca desde 1995. El 90% de los países que privatizaron a favor de las trasnacionales y grupos de poder están volviendo a nacionalizar su petróleo; nosotros vamos al revés.

 

El sistema financiero mexicano está a merced de los intereses de la alta finanza internacional. Desde 1995 el sistema de pagos se entregó al extranjero arrebatándonos la soberanía y autonomía en el manejo de nuestras finanzas. El Banxico no es autónomo con respecto al Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otros más. Las dizque “reservas internacionales” son en realidad depósitos en garantía de pago.

 

La reforma financiera del 2014, en vez de regresar el sistema de pagos al país, da más poder a la banca extranjera para quitarle al deudor mexicano incluso su patrimonio.  No cabe duda que la mejor manera de robar un banco es tener uno. 21.4% de utilidad neta tuvieron en 2013.

 

Al financiero posmoderno neoliberal tecnócrata que mira bajo el hombro a los demás se le educa así con gran orgullo: “ser exitoso en Wall Street, creerse el más importante de una reunión a la que asiste, que le importe el dinero sobre todas las cosas y que carezca de principios éticos y morales”.

 

Así está el reto a partir de este nuevo año que comienza. Se dice que “estamos como estamos, porque somos como somos”. No esperemos un “Chapulín Colorado” que venga a defendernos. Virar a la Economía Solidaria y Comercio Justo es la única alternativa viable, pero para ello hay que romper paradigmas y estereotipos entre otras cosas.

 

                                                                                                                 Continuara…

 

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