Búsqueda

La búsqueda de un ideal puede ser un camino tortuoso y lleno de enormes dificultades. Sin embargo, los estímulos adecuados se convierten en un aliciente para continuar por un camino de vicisitudes. Esto aplica para diversas personas de formas muy diferentes, en distintas circunstancias y actividades. En este caso, la reflexión surge sobre el Pianista y Maestro peruano Carlos Rivera Aguilar. Su tenacidad es símbolo de inspiración.

Por una década, Carlos Rivera ha visitado la ciudad de Puebla en calidad –se puede afirmar– de embajador cultural. El trabajo de proyección cultural que realiza por Austria, México, Chile, Bolivia y su natal Perú, después de jubilarse como Profesor Principal de la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena (2004), es dar continuidad al ejercicio de la docencia. Sin embargo, esta actividad rebasa los estándares. A la víspera de un onceavo ciclo de clases maestras, se puede observar y escuchar el crecimiento de las semillas que ha sembrado, y que los frutos que se cosecharán otorgarán delicias musicales.

Paradigma

La vida de Carlos Rivera es el ejemplo más claro y evidente de sus propias enseñanzas. La docencia, a propósito, es una de las vocaciones más complejas. Si a ello se le une una buena cantidad de experiencias de calidad y aprendizajes tomados con inteligencia y sabiduría, el resultado es un personaje cuyo bagaje de vida –valga enfatizar conocimientos y experiencias– es un legado.

Una lectura sobre las palabras, vida, así como la audición de las interpretaciones de Carlos Rivera, permite pensar y sumergirse en la idea de complejidad del propio maestro. El planteamiento personal sobre la complejidad se observa resuelto en el pianista con inteligencia, paciencia, disciplina, diligencia y pasión por lo que se hace.

Complejidad

En un plano de instrucción pianístico –como al tomar notas de clases– resulta imperante aprender las notas, controlar el ritmo, controlar el sonido, dominar todos los aspectos que se requieren para hacer que la pieza tenga una interpretación perfecta. Así –como fórmula matemática–, a mayor control de los diversos elementos que conforman la música, mejor será la interpretación que se haga de la música y, que –como dice el filósofo inglés Roger Scruton­– “escuchemos a la música como música”.

Recomendaciones

Y en ello reside precisamente –apunto– la diferencia entre un pianista común y un gran pianista (y agreguemos cualquier músico en sus diferentes disciplinas). En la entrevista que le realizó en Perú el periodista enrique Zavala, Carlos Rivera enfatiza aspectos esenciales. Por un lado, como en su caso, es recomendable iniciar a edad temprana (él inicio a los cinco años). El estudio debe ser cotidiano, y en un promedio de cinco a ocho horas al día, lo cual dependen de las facultades y talento del pianista en cuestión. Para un pianista dedicado a los conciertos es necesario tener una cantidad considerable de literatura pianística. Y en este caso se han de considerar al menos tres siglos de música para piano, desde J. S. Bach hasta nuestros días.

Por otro lado, Carlos Rivera recomienda que las personas en general escuchen más música clásica, pues es un enriquecimiento para el alma. A la par, sugiere el aprendizaje de un instrumento musical, pues ofrece un excelente ejercicio para la mente y una mejor espiritualidad.

Carlos Rivera

Los padres de Carlos Rivera, Carlos Rivera Lazo y Rita Aguilar, impulsaron con amor, sutileza y naturalidad, el don que le fue otorgado. Y a ello se debe añadir la fortuna de haber tenido como profesores a una de las grandes pianistas españolas Alicia de Larrocha (1923-2009), haber tocado al lado de Pablo Casals (1876-1973), o haber acompañado los cursos de violonchelistas de la talla de János Starker (1924-2013), Mstislav Rostropovich (1927-2007) y André Navarra (1911-1998).

Inspiración

El encuentro de dos generaciones, la experiencia y la juventud, se reúnen en un ambiente pletórico de inspiración. Ser escuchado por un gran pianista y tener posteriormente sus sabios consejos es una experiencia sublime. Cierro este texto con la cita de una crítica periodística que redondea lo dicho inicialmente: “Es un pianista que corriendo tras un ideal, aprendió que la lucha es fuerte, pero que el tiempo llena de satisfacciones y hace olvidar las penas con que se han tejido”.

Este texto fue publicado en el diario El Popular, Puebla, Pue., México, el viernes 11 de marzo de 2016, en la columna semanal “Son, sonata y rock”.