Amanecer

Una de las paradojas de la música es el silencio. El silencio coexiste con la música. Una pausa precede y sucede a una obra musical; o en palabras de la mezzo soprano Katalin Karolyi, “la música ya se encuentra desde antes de que inicie una obra musical, y continúa aun cuando ésta ya ha terminado”. A pesar de la complejidad que encierra la idea misma, es un hecho que tal noción ha servido de fundamento de los compositores. Como creador, el compositor busca, propone y encuentra la forma de atrapar su imaginación en un objeto concreto, en un organismo sonoro del que fluya la expresión viva y elocuente de sus deseos e inspiración.

Sensibilidad

La música y la danza se complementan. Ambos son la expresión del dinamismo de la vida. Y, aun cuando es posible bailar sin música, a través del silencio, es imposible aislar a una de la otra. La música provoca movimientos en el cuerpo, la danza se complementa con la música. En ambas se vislumbra la cópula sensible que surge de la afonía. El bailarín busca los movimientos sugeridos por la música, al sentir sus vibraciones sonoras, expresa y da vida a una historia con movimientos corporales. Los sentimientos fluyen y los elementos musicales y dancísticos entran en equilibrio. O bien, en una improvisación en silencio, los movimientos corporales proponen una música, que el compositor capta y adecua para una especie de película cinematográfica.

Elocuencia

“Todo está conectado en nuestro mundo; personas y naturaleza, paz y amor”, expresa la pianista y compositora Elena Alekseeva, radicada en Londres. En esa conjunción de ideas que halla a su alrededor, surge la necesidad de conectar sonido y movimiento, de dar forma a los sonidos musicales, paisajes sonoros, texturas y efectos en su relación con la danza. “El movimiento de la danza se convierte en una visualización del movimiento del sonido”, afirma Elena. Ello da pauta a un proyecto colaborativo con bailarines y coreógrafos, donde la composición musical y el diseño sonoro se unen a videos de danza contemporánea, al igual que en vivo, o en performances interactivos.

Piedra

Aquamarine es el nombre con el que se pueden encontrar los primeros trabajos de la compositora, en la naturaleza descrita. Bajo el nombre de Aquamarine responden bailarines, artistas, cantantes, y directores de escena que forman una Compañía de teatro. Dentro de la interacción que surge de sus miembros, Elena contribuye al éxito de la compañía con sus diseños sonoros, productos de una comprensión y relación total con la interpretación. A través de su música, tanto el espacio bailable imaginado como el ambiente artístico percibido por el público se expanden. El lenguaje de la expresión melódica da paso a su creatividad en el contexto de la coreografía de cada obra.

Soledad

La música de Alekseeva guarda una profunda conexión con el sentido de la vida. Para crear tal efecto, acude a la combinación de la música tonal con los medios electrónicos. Las expectativas propias de la tonalidad se llenan de sorpresas que son traducidas por los movimientos dancísticos con un carácter descriptivo y perspicaz, y que crean una música variada, emotiva, que despierte pensamientos y recuerdos en el espectador. Así, el poder terapéutico de la danza y la música transitan en un imaginario de la vida, en el que se perciben todas las etapas del ser humano, e incluso más allá de la muerte. Música y danza, en un ambiente y un escenario idóneo, crean una historia en la que se modifican la mentalidad, valores, prioridades y deseos. Todo en una cadena con diferentes significados que se le otorgan a la vida, y en que preguntamos una vez más por qué estamos aquí, por qué estamos en la tierra.

Elena

La unión de un entrenamiento como pianista clásico, su incursión como tecladista en bandas de rock hasta hip-hop, la improvisación, el uso de la tecnología como un elemento fundamental, y la combinación de diversas técnicas, herramientas y procesos, tradicionales y de vanguardia, dan a Elena Alekseeva el trasfondo necesario para lograr una música que a la par de la danza contemporánea generan una narrativa única e inseparable. En la actualidad, su proyecto se consolida a través de un doctorado en la Universidad de Londres, Royal Holloway.

Este texto fue publicado en el diario El Popular, Puebla, Pue., México, el viernes 18 de marzo de 2016, en la columna semanal “Son, sonata y rock”.