Todo Puebla seguimos de cerca, en lo que se podía, el caso de Karla López Albert. Las redes sociales se llenaron de fotos y mensajes de sus amigos y familiares que pedían ayuda para encontrarla. Poco a poco nos fuimos enterando de su historia y de datos como su embarazo de 5 meses. Muchos de nosotros compartimos las fotos y los mensajes en redes sociales y nos unimos a la búsqueda de esta poblana.

La familia logró salir en televisión nacional y comenzó a hacer ruido al respecto, exigiendo a las autoridades que hicieran su trabajo y encontraran a Karla. Pocas reacciones pudimos ver por parte del gobierno y una semana después nos enterábamos que habían hallado su cadáver en una delegación del Distrito Federal.

Hoy, al tratar de buscar más información acerca del caso me encuentro con un montón de reportajes contradictorios entre sí, donde no se logra atar absolutamente nada y demuestra que ni los medios, ni la sociedad contamos con datos que nos guíen a una conclusión del caso. Sin embargo, a pesar de lo ambiguo de la situación, nuestro gobernador ha calificado al caso como cerrado, asegurando que el principal sospechoso se encuentra arraigado. Me disculpará el gobernador, pero el caso no está cerrado ni para la familia de Karla, ni para la de Manuel, ni para la sociedad en general.

No hay datos contundentes, ni siquiera acerca de la fecha de su muerte. Tampoco existen pruebas concluyentes que vinculen a Manuel Forcelledo Nader con el asesinato de Karla. Fácil para las autoridades dejar el caso como un crimen pasional que no tendría nada que ver con la clara violencia que hemos estado presenciando últimamente en el estado. Habrá que recordarles que se trata de poblanos que lo único que quieren es que se esclarezca el caso y se entreguen las pruebas necesarias para poder llegar a conclusiones sobre nuestra seguridad.

Así ha sido la vida de poblanos en relación al gobierno, hemos tenido poca claridad de lo que realmente sucede en nuestras calles y nos hemos vuelto espectadores de una película con excelentes efectos especiales que nos ha llevado a percibir una realidad que, lamentablemente, está muy lejos de ser verdad. Pero como el gobernador bien lo sabe y es lo que ha hecho en estos años, el show debe continuar.