Muchos nos quejamos amargamente de los nuevos impuestos que debemos pagar a partir de este año, pero ¿qué habrá detrás de las razones que nos da el gobierno para haber tomado esa decisión? y ¿cuáles son los alcances y consecuencias de dichos impuestos en nuestra vida diaria?

El pilar de esta reforma, según el presidente y su secretario de hacienda, es el sentido social: que pague más quien más tiene; y suena lógico ¿no? En un país como el nuestro, con tanta desigualdad y una pésima distribución de la riqueza debe pagar más quien más gana. Un IVA generalizado al consumo hubiera cumplido con esta idea; quien más tiene, más gasta y, por ende, más impuestos paga. Sin embargo, el gobierno pensó, o nos hizo creer que pensó, que el IVA generalizado afectaría a los que menos tienen. Por esta razón se inclinaron por una miscelánea fiscal que afectará a los que más cumplimos.

Con el argumento de que los que tenemos mascotas somos considerados ‘ricos’ en este país se decidió gravar el alimento de estos animales. Me gustaría preguntarle al presidente si acaso pensó en la posibilidad de un crecimiento en el abandono de mascotas

debido a este aumento de costo porque si no se lo han dicho ya, le comento que muchos mexicanos que tenemos mascotas distamos mucho de ser ricos. ¿Cuál será la solución que proponen ante un aumento de perros y gatos callejeros que podrán generar serios problemas de salud? ¿Lo llegaron a pensar a caso?

Otra bandera que hondean con orgullo es su lucha contra la obesidad, razón por la cual decidieron aumentar el costo de las bebidas azucaradas incluyendo algunas frutas que ‘exceden’ el nivel máximo de calorías. ¿Quién decidió cuántas calorías debe aportar una fruta o una bebida? Entiendo que hay un promedio de calorías que debemos consumir al día, dependiendo de nuestro sexo y complexión, pero éstas las reparte cada persona como mejor le convenga o quiera o ¿no? ¿Frutas presidente? ¿frutas? Habría que adentrarse un poco más en la nutrición y la química para entender cómo una fruta le hace daño al cuerpo, supongo. Además, ¿la idea es atacar a la obesidad que enfrenta el país o recaudar más impuestos? Ahí me perdí.

Dos pequeños ejemplos de los muchos que experimentaremos a partir de este nuevo año, pero que dejan un poco para cuestionarnos las decisiones que se toman ‘en nuestra representación’ y que nos afectan a todos. Decisiones al aire y con la marca del cortoplacismo mexicano que nos llevará a otra reforma en unos cuantos años, seguramente.

Les dejo una infografía que nos habla más acerca de estos nuevos impuestos.