Las mexicanas y los mexicanos hemos visto como un acierto que el Gobierno que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto se encuentre realizando acciones tendientes a elevar la calidad educativa, ante el alto grado de rezago y corrupción en México en este rubro, así como por la competitividad que se exige en este mundo globalizado y la necesidad de propiciar una revolución tecnológica y transformadora no sólo de nuestras grandes ciudades, sino también de sus comunidades, insertando a éstas, así como a los escolares en la dinámica digital, a través de la dotación de computadoras y de conectividad.

A esto se agregan las medidas que se vienen adoptando desde hace algunos años para combatir el analfabetismo en todo el país que actualmente afecta a 6.9% de la población mexicana, de acuerdo con datos del Inegi (2010); así como los servicios adicionales que se ofrecen a la comunidad educativa, pues en los sectores más vulnerables, además de los tradicionales libros de texto gratuito, se otorgan uniformes gratuitos, desayunos escolares, jornadas de salud visual, atención odontológica, detección de cáncer, mastografías, análisis clínicos de laboratorio, entre otros.

A pesar de lo anterior, todavía quedan grandes pendientes, sobre todo en materia de seguridad integral escolar, y específicamente, tratándose de acoso escolar, y a pesar de que en los tres niveles de gobierno se ha reconocido la existencia de denuncias sobre violencia en los centros educativos -bullying- y se han comprometido a tomar cartas en el asunto, lo cierto es que cada día es más grave esta problemática entre la población estudiantil.

Ahora bien, de poco o nada sirven los grandes programas que se están implementando, enfocados a mejorar la calidad educativa si no se combate este problema de raíz, pues el bullying, genera un descenso en la autoestima de las niñas y los niños violentados, estados de ansiedad y depresión, dificultando su integración en el medio escolar y en el desarrollo normal del aprendizaje, además de los daños físicos que en muchos casos ocasionan los sujetos activos que generalmente se encuentran viviendo dentro de un entorno familiar poco afectivo o inexistente y/o bajo influencias informativas inadecuadas; daños que han llegado a casos extremos como el asesinato, o el suicidio de la víctima.

Pero vamos por partes, primero vamos a hablar de las generalidades de esta problemática, algunas estadísticas en México y el mundo, nos referiremos a algunos de los casos más extremos que se han dado a conocer a través de los medios de comunicaciones, y por último, realizaremos algunas consideraciones de lo que debemos hacer como sociedad para prevenir y atender estos casos, sancionar a los responsables (por incurrir en acciones u omisiones) y erradicarlo.

Generalidades

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, o por su término inglés bullying), consiste en cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido generalmente entre escolares, de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Aunque en los tiempos actuales, se han documentado muchos casos de bullying docente, es decir, aquél en el que el victimario es un docente o directivo de una institución educativa.

La finalidad de dicho acoso es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.

En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros, busca mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.

Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva, derivado de su relación familiar o de información inadecuada a través de los diferentes medios de comunicación.

Algunas estadísticas sobre el tema

Debe destacarse que cada autor señala diferentes tipos de acoso escolar, pero de acuerdo con Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate, éstos son los siguientes: Bloqueo social (29,3%), hostigamiento (20,9%), manipulación (19,9%), coacciones (17,4%), exclusión social (16,0%), intimidación (14,2%), agresiones (13,0%), amenazas (9,1%) y bloqueo social.

Respecto a éstos se derivan una gran cantidad de variantes como el bullying u hostigamiento sexual (sexbullying), o el que se realiza a través de internet y redes sociales (ciberbullying), entre otros.

Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar internacional en casos de bullying entre estudiantes de secundaria.

De acuerdo con esta organización, el número de casos de acoso o bullying en el país ha aumentado y afecta a 40% de los 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria, en instituciones educativas públicas y privadas.

Asimismo, señala que 2 de cada 3 jóvenes ha sido testigo de alguna agresión en línea, mientras que el 92.6% afirma que la red social más usada para realizar dichos ataques es Facebook; seguida de Twitter, con 23.8%.

Por su parte, la Primera Encuesta Nacional de Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de la Educación Media y Superior, realizada en 2008 por la Secretaría de Educación Pública (SEP), arrojó que el 44.6% de los jóvenes hombres y 26.2% de las mujeres de entre 15 a 19 años, reconoció haber abusado de sus compañeros; mientras que 40.4 y 43.5% respectivamente, aceptaron que habían ignorado la práctica.

Esta misma encuesta indicó que el 54% de los estudiantes manifestó que no les gustaría tener como compañeros de escuela a enfermos de SIDA; otro 52.8% les desagradaría compartir clases con personas no heterosexuales; el 51.1% desaprueba trabajar con alumnos con capacidades diferentes; mientras que al 35.1% no le gusta compartir con jóvenes que tengan una religión diferente.

Más aún, se ha señalado en diferentes medios que en los últimos cinco años el bullying se ha incrementado en un 50%, además de que cada día se realiza con mayor violencia, eso sin tomar en cuenta que muchos casos de bullying se desconocen ante el terror que tienen las víctimas de acoso de denunciar estos hechos.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud indica que en el mundo cada año un millón 100 mil personas se quitan la vida por diferentes razones, entre ellas enfermedades, adicciones, problemas familiares, crisis económica y depresión, entre otros. Por esta razón, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea (UE), han externado su temor por el incremento en el número de niños y jóvenes que se quitaron la vida en el 2012, al quedar registrados al menos 600 mil decesos, de los cuales la mitad están relacionados con casos de bullying, por lo que consideran que de continuar a la alza esta tendencia, para el año 2025 la pérdida de vidas por este motivo rebasaría los 850 mil decesos, cifra muy superior a la de decesos por conflictos bélicos.

Estimaciones de instituciones de salud en el mundo refieren que en el 90% de los casos de suicidio existe al menos algún tipo de trastorno psiquiátrico, el otro 10% es derivado por problemas familiares u otro tipo de factores existenciales en los que el afectado no ve otra salida que quitarse la vida. En el último año, de acuerdo con la OMS, un millón 100 mil personas se suicidaron, lo que equivale a 4 mil muertes diarias, y que representa que entre 35 personas que lo intentaron al menos 3 murieron.

Informes de Naciones Unidas señalan que el suicidio es la principal causa de muerte violenta en el mundo, por encima de homicidios, guerras y accidentes de tránsito y que su frecuencia aumentó un 60% en los últimos 50 años del siglo pasado.

Casos más sonados en México.

Sólo algunos de los casos más sonados en los últimos meses, son los siguientes:

1.- El 10 de marzo se dio a conocer la muerte de Jonathan, de siete años, presuntamente a causa de bullying. De acuerdo con diversos medios, cursaba el primer grado en la escuela primaria de Tlacuitapa perteneciente al municipio de Unión de San Antonio, en Jalisco, donde era hostigado por un compañero, que le robaba dinero.
El niño finalmente confesó a su madre que un compañero mayor que él, apodado “Beto”, lo golpeaba y un día antes le había sumergido la cabeza en uno de los excusados de la escuela. Murió 12 días después por encefalitis viral ya que su aveza se lesionó gravemente debido a que no cabía en el excusado cuando su compañero o torturaba.

2.- Un menor de nueve años se suicidó en Cancún, Quintana Roo, presuntamente por depresión causada por bullying, una enfermedad dermatológica y la separación de sus padres. Medios locales informaron que el niño fue encontrado colgando de la reja en la entrada principal de su domicilio, el pasado 26 de mayo.

3.- El 14 de junio de 2011, un joven de 16 años murió asfixiado en su salón de clases luego de que sus compañeros le hicieran “bolita” en el plantel 4 del Colegio de Bachilleres del Estado de Morelos (Cobaem), para golpearlo y aplastarlo por otros alumnos de su clase, estando presente la profesora.

4.- El 21 de junio de este año, Luis Antonio Ortiz Guerra y Andrés Barba Olivas, ambos de 15 años, fueron vistos por última vez en la Plaza Ciudadela de Zapopan, Jalisco. Dos días después se activó la alerta amber para dar con su paradero, días después, es decir, el 2 de julio el fiscal general del Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, reportó el hallazgo sin vida de los dos adolescentes, dentro de las indagatorias se detuvo a una persona que confesó que los dos adolescentes “maltrataron y se burlaron de un hijo de José Ángel Carrasco Coronel”, conocido como ‘el Chángel’ o ‘el Changel’, quien está detenido en la Ciudad de México por narcotráfico, motivo por el cual habrían sido asesinados.

5.- Alfredo un joven estudiante de la Escuela Médico Militar, sufre de trastorno de estrés postraumático y trastorno depresivo mayor. Lo anterior luego de que durante su estancia en esa institución, durante casi todas las noches de los últimos ocho meses que estudió ahí fue golpeado, obligado a permanecer agachado, con la cabeza pegada al piso. En las peores madrugadas, -entre otras cosas- fue abusado sexualmente –con objetos, obligado a hacer tareas humillantes y varias cosas más; se enfermó de neumonía y un fin de semana volvió a su casa con una herida sobre el ojo y moretones en el cráneo.
Todo ocurrió en las instalaciones de la Escuela Médico Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, y las acciones emprendidas después de la denuncia que él y su madre realizaron, derivaron en su expulsión del plantel.

6.- El 22 de octubre de año en curso, Sergio Alonso se suicidó en el baño de su casa, después de pedirle a su hermana una pomada porque le dolían mucho los golpes que tenía en la boca y de entrar a su perfil de facebook. Estudiaba en la Secundaria número 11 “Rafael Huerta Sandoval”, de Hermosillo, Sonora; este pequeño ya había pedido apoyo a la trabajadora social de su escuela desde el mes de febrero de este año, también le había comentado a su madre sobre el acoso del que era víctima, les había indicado cómo lo agredían y que le apodaban “guarro” por sus preferencias sexuales diferentes, inclusive, a mediados del mes de septiembre, escribió en una hoja "Alto al Bullying" como parte de un trabajo escolar, y el día anterior a su suicidio agregó un dibujo a la portada, donde aparece él acosado por dos niñas y el niño que lo tortura, golpeada y ahorcaba permanentemente. Motivo por el que Sergio expresaba su miedo a ir a la escuela.

7.- El 6 de noviembre de este año, se reportó la agresión que sufrió un pequeño de seis años que cursa la primaria en el Estado de Jalisco, al que unos compañeritos de 9 años (que cursan el cuarto grado) durante el recreo lo encerraron en un baño y le cortaron el prepucio; por miedo la víctima guardó silencio y no informó de la agresión, hasta que ya no pudo más con el dolor y confesó a sus padres lo que le habían hecho.

8.- Por último debe señalarse el caso de la recomendación emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos al rector de la UNAM, José Narro Robles, a quien la CNDH solicita que asuma la reparación del daño a la adolescente que sufrió de acoso sexual por parte de uno de sus maestros, con atención psicológica y colaboración en la denuncia ante la Contraloría universitaria y ante la PGR.
Por este motivo, la semana pasada se dio una confrontación muy fuerte a través de los medios de comunicación, entre ambos personajes.

El rector defendía su posición señalando que contario a las consideraciones de la CNDH, el caso no quedó impune, expresando: “Vamos a aceptar la recomendación con las puntualizaciones que en la respuesta que le daremos a la CNDH vamos a hacer, incluido… el absoluto rechazo al señalamiento que hace la CNDH de que aquí esto quedó impune.— Tan no quedó impune que seguimos absolutamente, desde el primer momento en el que tuvimos conocimiento de los hechos, las acciones que la legislación universitaria establece, tan no quedó impune, que 18 días después de que se cumplieron todos los procedimientos, el profesor fue despedido.— Tan no quedó impune que en todo momento la Universidad Nacional, con la representación del área jurídica… acompañó a los padres y a la estudiante afectada para que presentaran la denuncia penal… en todo momento hemos coadyuvado con el Ministerio Público”, puntualizó el rector de la Máxima Casa de Estudios en México.

Debe destacarse que esta no es la única ocasión que un rector, directivo o profesar de una institución educativa dan prioridad a su “imagen” o la de la escuela, respecto a la problemática que viven los estudiantes en ellas. Esto es así, pues generalmente las víctimas o sus familiares han señalado que ante la denuncia de estos casos, la institución les dice que si comentan algo o lo publican ante os medios de comunicación se verá afectada la imagen de la escuela, o los amenazan con represalias al alumno en caso de hablar del tema, o que no se les dará el apoyo profesional o económico, o no se les entregarán sus papeles o que tendrán menor calificación en alguna materia, entre otras tantas amenazas.

Asimismo, ante las autoridades y medios de comunicación se deslinda de responsabilidad en muchas ocasiones señalando que no recibieron alguna denuncia por parte de la víctima, o que les comentó el tema pero no siguió las indicaciones de la trabajadora social o de alguna de las autoridades educativas, o que el acoso se realizaba fuera de clases, o que la víctima sufrió el daño, la muerte o el suicidio por alguna rezón ajena a cualquier problemática que viviera dentro de la escuela, entre muchos otros pretextos más.

Propuestas para la prevención, atención, sanción y erradicación del bullying en las escuelas de México.

Los casos citados son sólo algunos ejemplos en los que nos queda claro que no se implementó una política de prevención del Bullying, y peor aún, a pesar de las evidencias y del impacto en los medios de comunicación en general y las redes sociales, el proceso seguido tanto en las escuelas como ante las autoridades penales, ha sido el mismo, se sigue un procedimiento penal mientras dura el impacto social y después, en la mayoría de los caos, se archiva el asunto, pues deja de ser noticia; obvio, durante todo ese proceso, la institución educativa en la que ocurrió y todos los sujetos implicados, se deslindan de toda responsabilidad.

Lo que jamás consideramos en esta problemática es que sin excepción, deben existir medidas de prevención primaria cuya responsabilidad es de los padres, de la sociedad en su conjunto y de los medios de comunicación; y en forma secundaria, a través de la adopción de medidas concretas sobre la población de riesgo, sobre todo los adolescentes, promoviendo un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas directas de éste, y sobre la población directamente vinculada a esta, como el profesorado, a través de una adecuada formación en habilidades vinculadas con la prevención y resolución de conflictos escolares; siendo fundamental también que las asociaciones de padres de familia, las brigadas escolares, y las redes y sociedades de alumnos participen en este proceso, además de brindar apoyo solidario y especializado a las víctimas, así como a los victimarios de acoso escolar, que haga que no incurran en reincidencia y se les imponga una sanción justa.

Es fundamente que las instituciones educativas no dejen este tipo de problemas sólo en manos de los docentes o de alguna trabajadora social –máxime si éstos no cuentan con la capacitación adecuada como sucede en muchos casos-, sino que deben preocuparse por formar grupos de prevención de acoso, hostigamiento e intimidación escolar, al igual que grupos de apoyo a víctimas de estas conductas, los cuales deben estarán conformados por personal administrativo, docente, directivos escolares, estudiantes, voluntarios y padres de familia.

Debe precisarse que es impostergable que cada institución educativa genere sus procedimientos o protocolos para la prevención del acoso escolar, mismos respecto a los cuáles obligatoriamente se debe de capacitar a los trabajadores, docentes y directivas, como parte de su capacitación anual, así como a los voluntarios que tengan contacto directo con los estudiantes.

Este programa debe estar enfocado hacia el alumnado y hacerlo de su conocimiento, para que comprendan los lineamientos establecidos por los procedimientos o protocolos para la prevención de acoso escolar y asuman las consecuencias de incurrir en ese tipo de conductas.

Los objetivos de la capacitación de docentes, trabajadores, directivos escolares, voluntarios y padres de familia en materia de prevención de acoso escolar no sólo deben limitarse a tener conocimiento de la existencia de alguno o más casos de bullying en la escuela, sino que esta información debe ser clara y actualizada sobre la naturaleza y prevalecía de la violencia y el acoso escolar en las instituciones educativas, deben estar familiarizados con los elementos esenciales de los procedimientos o protocolos y desarrollar un plan de acción a implementar en las instituciones educativas.

Las y los estudiantes deben sentir confianza de denunciar cualquier incidente de acoso, hostigamiento o intimidación, pudiendo ser reportados por la propia víctima, sus padres, tutores, docente, o por cualquier persona vinculada con la institución educativa de que se trate.

En estos casos, los trabajadores, docentes o directivos, así como los padres de familia, que tengan conocimiento de actos de acoso, hostigamiento o intimidación dirigidos hacia uno o varios alumnos, deben concientizarse de que son los primeros obligados en reportarlo ante las instancias escolares correspondientes, sin que exista pretexto alguno para no hacerlo, pues deben comprender que el esfuerzo individual que pudiera realizarse en cada caso, no es suficiente para apoyar a la víctima ni para que el victimario sea sancionado ni deje de ejecutar este tipo de acciones.

Tampoco puede seguirse permitiendo que una vez ocurrido el daño a un menor de edad, las autoridades escolares o gubernamentales competentes, se laven las manos diciendo que la víctima recibió atención de su parte, o el victimario alguna sanción, sino que a la sociedad en general le tienen que quedar claro que efectivamente existió una denuncia y atención en cada caso, y esto sólo puede lograrse si en cada institución escolar se inicia el procedimiento por escrito a cargo de la propia institución, a través de un responsable de recepción de denuncias de incidentes de acoso, hostigamiento o intimidación, que debe ser nombrado por los directivos de dicha institución.

Dicho escrito debe contener por lo menos los datos generales de la víctima y el victimario (s), la forma de agresión, las especificaciones de tiempo, modo y lugar de la agresión o de las agresiones, los datos del catedrático o catedráticos responsables de cada una de las partes, y a su vez, al alumno agredido deben designarle un responsable encargado de apoyar al alumno hostigado y dar seguimiento a este caso ante todas las personas involucradas.

Por otra parte, toda institución educativa debe hacer contar ante la Secretaría de Educación Pública, el expediente que se forma en cada caso de bullying así como un informe que contenga un sumario de las denuncias recibidas y las acciones tomadas en cada año calendario, anexando a éste copias de las denuncias recibidas y toda la documentación que respalde el actuar de la autoridad escolar correspondiente en la resolución de los incidentes.
La Secretaría de Educación Pública también tiene mucha responsabilidad en esta problemática, de esta manera, no sólo debe generar todo un proceso para la prevención, atención, erradicación y sanción de todos los casos de bullying escolar, sino que deberá dar seguimiento y evaluar a todos los que intervienen en cada uno de los casos que se presenten en las instituciones educativas, tomando en consideración todos estos casos y la actuación de los responsables en cada institución, al momento de evaluar la calidad educativa, así como la certificación en áreas como la de convivencia escolar.

Respecto a todo lo anterior, la SEP deberá informar a la población en general, a través de los diferentes medios de comunicación –incluyendo los masivos y la elaboración de material especial-, además de iniciar todos los procedimientos administrativos, mercantiles, civiles y penales que procedan, según sea el caso.

Medidas alternas

Como se ha señalado, el bullying no es un hecho aislado, sino que viene acompañado de una multiplicidad de factores

Por esta razón, las acciones de prevención y combate del bullying escolar, deben ir de la mano con otro tipo de actividades tendientes a lograr la seguridad integral escolar.

Así, tanto el gobierno, como los centros educativos, la comunidad estudiantil, la población en general, y los cuerpos preventivos de seguridad y de protección civil, deben generar líneas de colaboración en ese sentido.

Asimismo, deberán reorientarse las actividades que cada centro escolar tenga relativas a prevención de delitos, protección civil, seguridad dentro y fuera del edificio escolar, programas de salud y de nutrición, y cualquier otro tema que pudiera contribuir a la seguridad integral escolar; propiciar el respeto a la dignidad, el compañerismo entre el alumnado y la convivencia escolar; así como buscar promover el respeto a la propiedad pública y privada; proponer a la autoridad competente, implementar programas de formación e información vinculados con prevención de adicciones, educación sexual, prevención de abuso sexual, convivencia armónica en familia y la sociedad, convivencia escolar; educación vial y administrativa; seguridad en casa y en el trayecto a la escuela; la protección civil en el edificio escolar; el control de la salud en los alumnos y maestros en el edificio escolar, promover el consumo de alimentos nutritivos, la instalación de bebederos escolares, así como el respeto al entorno y al medio ambiente; llevar un control total de los comerciantes ambulantes que ejercen su actividad en el perímetro escolar; prever la instalación de alumbrado y vigilancia en el perímetro del centro escolar; detectar y evitar el consumo de drogas, alcohol y tabaco en el interior de los planteles educativos, entre otros.

Por último, debo señalar de estoy convencida de que sólo con una población estudiantil sana física y emocionalmente podrán dar resultado todas las acciones para mejorar su seguridad, y que es fundamental alentar el interés familiar y comunitario en la protección de los alumnos, así como del plantel escolar y su entorno.