*Por Víctor Galicia Montiel

Decía el inglés Isaac Newton en su tercera ley que a cada acción correspondía una reacción… y lo que vivimos la noche del 1ero de julio no fue otra cosa que eso, fue –pienso- “la noche de las consecuencias”, de las reacciones. Porque hay que decirlo, el debacle del partido en el poder en estos comicios electorales, donde el Movimiento de Regeneración Nacional fue el indiscutible ganador a nivel nacional, llevándose casi carro completo, se debe a que el pueblo ya no está dispuesto a olvidar ni a perdonar. El hartazgo y la esperanza le ganaron al miedo.

José Antonio no pudo anteponerse de la mala percepción del tricolor, el partido que le postuló le hizo al mismo tiempo rehén de su ‘mala fama’ y se convirtió en lastre para un candidato preparado, con trayectoria y con visión. No fallaron sus asesores (quizá sí), ni su estrategia (un poco), ni su equipo. La suya fue una candidatura lastimada por la marca PRI.

¿Injusto? ¡Claro! Porque conozco un PRI de gente capaz y apasionada, de gente comprometida con la sociedad y profundo amor a México, pero como en todos los partidos, los malos elementos -que tienen todos los partidos- generaron más reflectores y perjudicaron así al instituto completo.

Lo que viene ahora –además de seguir de cerca el cumplimiento de las promesas de don Andrés- tendría que ser depurar al partido que lo llevó al poder. Porque no dudo que en él existan personas que desde siempre han sido afines y han apoyado al señor López. Personas que además, también cuentan con una amplia trayectoria y harían una estupenda labor en el servicio público; pero hay otras tantas que el diccionario calificaría como ‘oportunistas’ que sin los atributos que mencioné anteriormente emigraron a las filas de MORENA cuando en sus respectivos partidos no les ofrecieron alguna candidatura o cuando vieron el escenario demasiado complejo. Peor aún, gente que sin los conocimientos ni el criterio necesarios para legislar y/o gobernar dirigirán las riendas de diversas entidades gracias al posicionamiento del oriundo de Macuspana, que colocó –por decir algo- a un futbolista como gobernador (MORELOS) y a una locutora de cuestionada reputación como diputada (PUEBLA). La historia los juzgará.

Finalmente, lo que a partir de ahora debe entender el líder de MORENA es la diferencia entre ser oposición y ahora gobierno, lo distinto que es estar en campaña (durante 12 años) a gobernar. Queda esperar a que ese proyecto de nación se cristalice por el bien de México, por lo que la invitación es -a manera de Carlos Pellicer- a que seamos heroes de nosotros mismos, porque la patria deberá estar siempre primero, y construir la nación que merecemos es responsabilidad de todos, adeptos y no adeptos a él.

Poblano distinguido, Premio de la Juventud en Aportación a la Cultura Política y la Democracia, Puebla 2013. Comunicólogo, experto en comunicación asertiva y persuasión. Actualmente colabora con diversas asociaciones civiles y empresariales y se desempeña como editor, articulista y consultor.