Abanderar una causa o proyecto político a través de la vía independiente en países como México, todavía resulta utópico y quizá hasta irónico en tiempos donde la mayoría de los ciudadanos manifiestan un claro rechazo a la clase dominante, esa que permanece en el poder.   

En 2018, tres personas obtendrán -por primera vez en la historia contemporánea de México- su registro como candidatos a la Presidencia de la República sin el respaldo de un partido, movimiento, alianza o coalición (electoral), lo cual resulta novedoso y al mismo tiempo, un gran reto, si desean triunfar.

Tres tristes candidatos

Margarita Zavala (esposa del expresidente, Felipe Calderón), Jaime Rodríguez “El Bronco” (gobernador con licencia del Estado de Nuevo León) y Armando Ríos Piter (Senador con licencia), intentarán romper con la hegemonía partidista por medio, aseguran, de una campaña diferente, propositiva y austera.

Sin embargo, la realidad siempre termina por imponerse a lo deseable y lo probable, ya que las condiciones políticas, económicas y sociales del país aún no son propicias para que este tipo de figuras crezcan, se consoliden y gobiernen.

Las últimas encuestas muestran que ninguno de ellos tienen posibilidades de ganar; en otras palabras, están condenados a la derrota, pues ni con spots, mítines, apariciones en debates o entrevistas durante la campaña, podrán superar (de manera individual) los 30 puntos necesarios para aspirar a cosas importantes.

Falta de apoyo   

Por si esto no fuera poco, otro factor que juega en contra de los llamados “independientes” es el nulo historial de victorias presidenciales que tienen en América Latina, donde promueven causas importantes como los derechos indígenas, mujeres, homosexuales o migración; empero, no logran un apoyo masivo de sus compatriotas. 

El modelo “independiente” para todos los cargos de elección popular ha sido adoptado en otras partes del continente, como en Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Panamá, Colombia, Honduras, Venezuela y Ecuador; mientras que en Chile y Perú sólo aplica para la Presidencia y congresistas (federales), y en El Salvador, únicamente para el ámbito legislativo.

Otros países de la región que mantienen restringida la postulación de personas sin partido son Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Uruguay y Argentina.

De derecha a izquierda…

Tener el derecho a votar y ser votado, diversificar la oferta política y mejorar las condiciones democráticas de una nación, son algunos de los motivos por los cuales, el mundo ha optado por abrir más espacios a la pluralidad; no obstante, América Latina no encuentra su identidad política.

En la década de los setenta y ochenta, muchos de estos países se encontraban controlados por dictaduras militares, en los noventa, se “abrieron” por la presión internacional y eligieron gobiernos de derecha, que se caracterizaron por fomentar y tolerar la corrupción. En primera década del siglo XXI, viraron hacia la izquierda pero se toparon con regímenes populistas o demagogos que propiciaron –en el mejor de los casos- una desaceleración de su economía o un colapso de la misma como en Venezuela.

Los números y los antecedentes no mienten. Zavala, “El Bronco” y Ríos Piter tienen un panorama adverso, imposible, no por la competencia per sé, sino que la figura “independiente” no es vista -en 2018- como una alternativa viable para los transformaciones que demandan los mexicanos.

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