A Felipe Calderón se le está acabando el sexenio que robó en las elecciones pasadas y cada vez le queda menos tiempo para hacer méritos que nos hagan recordarlo como el presidente que sí hizo algo por México.

Desde que empezó el sexenio ha buscado maneras de legitimarse y de tener aceptación social, como ejemplo desde luego está la lucha contra el narco, se ha mostrado totalmente convencido y firme de que sus acciones han sido las acertadas y que su estrategia tan criticada es la opción para que México sea un nuevo país, con pobres, analfabetas o con hambre, seremos ante todo un país seguro o por lo menos ese parece ser el plan que Calderón tiene para el país pues su enfoque ha sido a esa causa mientras que a descuidado los otros problemas que también acechan a la sociedad tan herida y desesperada que tenemos hoy.

Hablo de un México desesperado porque como muestra hemos tenido varios sucesos en los cuales la voz de todo el país se depositó en tres personas que sin miedo expresaron al presidente lo que muchos quisiéramos decirle.

¿Recuerdan cuando en el 2008 el estudiante, Andrés Gómez, durante la ceremonia del Premio nacional de la juventud le gritó “espurio” a Calderón? En ese acontecimiento lo único que pasó y que pocos se enteraron fue que quizá el presidente no le respondió nada pero el joven sí fue arrestado sin cargos claros.

Es aquí donde vemos el cambio que el ejecutivo ha dado pues con las dos siguientes muestras de inconformidad social ante este personaje, Felipe demostró que ya está harto de que le digan que hace las cosas mal.

Sigamos recordando y remontémonos al 30 de Enero de este año cuando el empresario Tonatiuh Moreno interrumpió al presidente y le pregunto algo que todos queremos saber: ¿cuándo acabará la guerra?, ¿cuántos muertos más? y que dónde viviría al terminar su mandato Ante esto, el próximo ex presidente le respondió solamente la última pregunta de una manera muy cínica, pero evadió contestar lo más importante además de tomarse tiempo para pedir razonamiento y argumentos antes de criticarlo, yo creo que cada uno de los cincuenta mil muertos son un argumento suficiente como para exigirle a él razonamiento y argumentos ante este holocausto.

Por último, está el caso más reciente de una maestra que le reclama a Calderón el retraso de unas cobijas y la ineficiencia del programa Oportunidades, el presidente tan diplomático pero irritable le contesta que con los diez mil pesos que ella gana no debería estar en ese programa porque éste es solo para los más pobres del país.

 Es en ese momento cuando la congruencia se acaba, si la gente pide más recursos es porque saben que viven en un país donde el gobierno da mucho menos de lo que tiene, si no fuera así no tendríamos diputados, senadores y funcionarios con tanta riqueza. Si Calderón prometió ocuparse del caso de esta señora porque no debía estar aprovechándose de un programa que no necesita, sugiero que también se encargue del aprovechamiento desmedido que diversos políticos también hacen. Y para finalizar, a ustedes les pido recordar que el presidente es nuestro empleado y nada más, tenemos todo el derecho de expresar lo que queramos, ustedes elijen si ser respetuosos o no pero recuerden: Honor  a quien honor merece.