Tantas obras de relumbrón no han dejado al actual gobernador el tiempo de darse una vuelta por las lamentables condiciones en que se encuentra el periférico, especialmente desgastadas por tantos camiones cargueros para completar sus puentes.

Las obras de puentes en la zona forjadores, en ciudad judicial, en el área de Xilotzingo y en la recta a Cholula son bastante buenas, sin duda; eran muy necesarias, aunque tengan diseños bastante absurdos y problemas serios a la hora de integrarse en las avenidas laterales, pero en fin. El problema son todas las zonas aledañas que dejaron desgracia total en el pavimento.

Ni siquiera debemos preocuparnos por no exceder la velocidad. No hay vehículo que soporte viajar a más de 80 con esos saltos groseros que dañan soportes y amortiguadores, desgracian rines y llantas por igual. Prefiero manejar en terracería que en esas zonas tan deplorables.

La maravilla del paso elevado se ve opacada por el infierno que se vive a los lados, en el periférico y en miles de calles de la capital y la zona conurbada debido al descuido tan terrible de las autoridades (in) competentes. El progreso del que se jacta el municipio sólo lo ven las zonas privilegiadas. Los demás, a joderse, como dijera el presidente.

Además, al pasar la caseta de Amozoc, en busca del periférico con destino a Valsequillo, no tiene señalamiento alguno. Han desaparecido. En su lugar, una manifestación de notificaciones para usar el libramiento elevado con igual cuota ($55). Tendremos que pagar a varios años un adeudo adicional a esas cuotas de los usuarios por 10 mil 500 millones de pesos (cifra perfectamente inflada, pues el presupuesto original fue de $3 mil 500.

El huracán que generó Moreno Valle en Puebla es catastrófico. Y se dio el lujo de nombrar al hospital de especialidades como su abuelo Rafael Moreno Valle. Como para no olvidar su nefasto saqueo a los poblanos, todo con el interés de ser presidenciable. Ni figura en las encuestas. Eso quiere decir que nos saquearon y sin provecho. ¡Bien! ¡Bravo! ¡Ilustres!