Ante la entrada de México al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), se tendrá un impacto sobre toda la cadena de suministro de la industria automotriz, aunque claro todo dependerá de cómo se implemente.

Actualmente, Estados Unidos es el principal destino de 80% de las exportaciones totales de México y se espera que el país continúe siendo un ente transformador de las importaciones provenientes de los países asiáticos para convertirlos en productos hacia el mercado estadounidense, aplicando claro las reglas de origen para la preferencia arancelaria.

Y es que en México los proveedores nivel 1 y 2 de las armadoras de autos se preparan para ampliar y actualizar sus plantas, ante la creciente demanda esperada  que producirá más de 5 millones de vehículos en el 2020, y la venta de autopartes a los mercados de Estados Unidos, Canadá y al mayor bloque comercial del mundo.

Empresas productoras de autopartes instaladas en México, como Bosch, Delphi, Mirka, Hella y Rassini, entre otras, ven potencial de crecimiento no sólo a raíz de nuevas plantas de diferentes marcas de vehículos en el mercado mexicano, sino que ahora el TPP se abre como la nueva apuesta para diversificar mercados.

Las autoparteras tienen una doble misión: abastecer la demanda creciente del mercado mexicano de las plantas como Kia, Audi, BMW, Mercedes-Benz, Toyota, Mazda, Honda, y las ya tradicionales Nissan, General Motors, Chrysler, Volkswagen y Ford. Mientras tanto, ven el nicho de oportunidad de exportar sus productos a mercados como Nueva Zelanda o Australia.

Ahora bien, si las autoparteras instaladas en México no mejoran su tecnología e innovación o no ofrecen valor agregado en sus piezas y componentes de los vehículos, difícilmente podrán competir con las de Vietnam, Singapur o Malasia, donde sí han invertido en desarrollo tecnológico. Las proveedoras de autos internacionales, como Bosch y Delphi, han inyectado cuantiosas inversiones en los últimos años, pero, pero si las nacionales no mejoran en la parte de tecnología de punta, no nos haremos competitivos, lo que se puede volver un riesgo; tenemos que hacer investigación e innovación, hacer inversiones en la parte de equipos y capacitación, mucho de ello va a depender del apoyo que el gobierno pueda brindarle a estas empresas.

Tampoco quiero decir que pase lo sucedido con KIA, en la que ante la ineptitud del gobierno Nuevo León, encabezado por “el bronco” el gobierno federal a través de la SCT tuvo que intervenir para inyectar 500 millones de pesos y poder tener la infraestructura adecuada, misma que permitirá la creación de empleos tanto en el Estado como en la región y ayudará a incrementar la competitividad del país.

Así que la gran apuesta de los industriales de autopartes es  la de convertirnos no sólo en un país que exporta, sino que venda tecnología y conocimiento, donde el gobierno aporte recursos y facilidades a las empresas.