En esta semana recibimos algunas de las propuestas de la nueva presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (SMDIF),  Dinorah López de Gali; entre éstas encontramos la iniciativa que certificará a las empleadas domésticas por medio de la SEP. Debo confesar en un comienzo pensé que estaba leyendo una nota del Deforma, pero no, esta iniciativa es la que nos está ofreciendo nuestra primera dama poblana.

Encuentro irónico que esta noticia se haya dado justo en el mes que conmemora la lucha de la mujer. Ese día que trae tanto significado detrás, así como años y personajes que han luchado en contra de la desigualdad de género y la violencia física y emocional en contra de las mujeres.

Me parece una iniciativa poco pensada; no me queda duda que tanto Dinorah López como su equipo la planificaron con las mejores intenciones, pero desde mi personal punto de vista es un paso atrás para muchas mujeres que hoy luchan y trabajan por salir adelante. ¿Por qué no pensar en ofrecer secundarias o preparatorias abiertas a estas empleadas que por la necesidad no pudieron terminar sus estudios? ¿En quién están pensando estas personas? En las empleadas domésticas y su superación o en las dueñas de casa que ahora tendrán empleadas certificadas?

Lamentablemente, la perspectiva de las señoras que se encuentran en organismos gubernamentales, tales como el SMDIF, no es la que tiene la mayoría de la población y a pesar de tener todas las ganas de ayudar a los menos privilegiados su experiencia de vida no les permite ver lo que realmente pasa en la vida cotidiana de este sector.

Creo que tanto Tony Gali como su equipo deberán estar más al pendiente de los proyectos que se generen en los organismos municipales, incluyendo el que dirige su esposa; ya que también esto tiene que ver con su gestión y algunos ciudadanos no estaremos de acuerdo en que nuestros impuestos terminen certificando empleadas domésticas para el uso de licuadoras, lavadoras y aspiradoras sin dejarles más opción de superación.

Más allá de reírnos de una mala iniciativa, debemos hablar y proponer cuestiones para que nuestro dinero realmente tenga un impacto social importante y a largo plazo. Si queremos salir de la mediocridad y de los problemas sociales que enfrentamos hoy en día, debemos impulsar proyectos de gobierno que ataquen dichos hitos de fondo y no conformarnos con las ideas al aire de un grupo de personas que siguen perpetuando el clasismo y la falta de oportunidades.