Morelos cuenta con diversos pueblos mágicos, y uno de ellos es Tepoztlán ubicado al norte del estado, característico por su pirámide construida en la cima de la montaña, así como sus leyendas y tradiciones que ya son parte de los habitantes de la localidad. Es en esta temporada que el pueblo mágico de Tepoztlán inicia sus preparativos, desde el 18 de octubre en las iglesias comienzan a sonar sus campanas e inician los rosarios para indicar la espera de los difuntos. Al llegar el 1 de Noviembre deben de estar listas las ofrendas antes de las tres de la tarde, para posteriormente realizar una sahumada con copal y llamar al difunto por su nombre desde la entrada de la casa donde se pone una fogata.

Aproximadamente las seis de la tarde es cuando en las calles del pueblo se comienzan a iluminarse con una chilacayote de diferentes tamaños que es trazada con un plumón haciendo una figura simpática, posteriormente con una espátula se le saca el relleno, se le coloca una vela, la cual “les alumbra el camino” a las ánimas que regresan para estar junto con sus seres queridos, y un alambre para que grandes y pequeños vayan por las calles mágicas características del pueblo pidiendo “Una limosna para la calaverita”, durante la travesía es muy notorio el aroma del copal y flor de cempasúchil.

Entrada la noche, los niños pasan por las calle muy contentos con sus calaveras o esqueletos de carrizo entonando al son de la muerte: “Mi calavera tiene hambre no hay un pancito por ahí, no se lo acaben todo déjenme la mitad”. Los niños corren de casa en casa para juntar suficientes dulces, algunos van disfrazados de diablitos o esqueletos otros simplemente cargan con su calavera de chilacayote. Los más grandes se reúnen en las hogueras y otros por su lado se congregan en la iglesia de su barrio. Todos en Tepoztlán tienen algo que hacer esa noche.

Las personas que visitan las ofrendas son bien recibidas por los pobladores, ya que estos consienten a la gente con ponche de naranja agria y dulces. En las ofrendas podemos encontrar el alimento que mas le gustaba al difunto como mole verde, maíz, tejocote en almíbar, tamales gordos, cerveza si es que al difunto le gustaba o tomar o incluso su caballito de tequila, todo el alimento es hecho por el propio dueño de la casa , es todo un mangar esta vivencia en Tepoztlan. 

Esta tradición representativa del poblado termina el 8 de Noviembre, ya que ese día también se acostumbra pedir la limosna para la calaverita.

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