¿Qué más se puede decir de la huida de los exgobernadores de Veracruz y Chihuahua, Javier y César Duarte? ¿Qué están realizando las autoridades para encontrarlos y capturarlos? ¿Cuál es el mensaje que manda la clase política mexicana con respecto a este tema? Y sobre todo, ¿qué opinan los ciudadanos?

Decenas de interrogantes surgen a diario al conocer nuevos datos acerca de cómo se “esfumó” el par de exmandatarios, quienes además de tener el mismo apellido, también compartían la misma ideología, hasta que el veracruzano fue expulsado de las filas del Partido Revolucionario Institucional en octubre pasado.

“Lo malo cuenta…”

No cabe duda que México es una “fábrica” de noticias negativas, un lugar donde todo puede pasar, donde, por lo general, sus presidentes, gobernadores, diputados, senadores y alcaldes se hacen –tristemente- famosos por sus escándalos, mal desempeño o por violar la ley.

En este país, la capacidad de asombro se va perdiendo, ahora son personajes ligados al PRI los que se encuentran en el “ojo del huracán”, pero antes, varios militantes del PAN, el PRD y el Partido Verde cometieron actos ilegales y por ende, reprobables; sin duda, males endémicos.

Ni sus luces

Que alguien delinca como los Duarte, es grave y más cuando ambos burlan a todo el aparato de seguridad del Estado, el cual ha sido incapaz de aprehender a los principales responsables de la crisis financiera en dos importantes entidades de la República.

Se esperaría que el gobierno federal y las instancias encargadas de la seguridad y de procuración de justicia pusieran el mismo empeño y los mismos recursos (humanos, tecnológicos y económicos) como los utilizados en la captura y recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Beneficios electorales

La detención de estos políticos y su posterior castigo no sólo significaría un “golpe mediático” y un beneficio para el tricolor de cara a las elecciones locales en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, sino una señal de que el presidente Enrique Peña está dispuesto a enfrentar el problema de la corrupción aun en su partido.

Por desgracia, en México la justicia no se aplica para todos, un político es quien menos posibilidades tiene de ir a la cárcel, ya que forma parte de una red que hace de las complicidades, el tráfico de influencias y los privilegios, un estilo de vida.

Captura, ya

Si la administración federal sabe el paradero de los exgobernadores, malo y si no lo sabe, es peor, debido a que dichos asuntos no pueden ni deben prolongarse más, sea cual sea el delito, los responsables deben pagar su condena y así, enviar un mensaje de cero tolerancia a quien infrinja.

Los Duarte han arrasado con la poca credibilidad que tenía el PRI y de los regímenes emanados de éste; asimismo, afectan la imagen de la política mexicana en general, porque es responsable por complicidad, imitación, tolerancia u omisión al momento de postular candidatos.

Es lamentable observar que quienes elaboran las leyes (diputados y senadores) son los primeros en violarlas, quienes deben cumplir y hacer cumplir la Constitución (gobernantes) son los que operan (en muchas ocasiones) al margen de ella y los responsables de elegirlos (ciudadanos), se asombran pero no participan activamente en la política.

SÍGUEME EN TWITTER:

@LccPibe