La mayor parte de la humanidad está “consciente” mas no es “conciente”. El estár consciente no tiene ningún mérito; basta con estar despiertos, tener los signos vitales funcionando y darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. ¿Pero el ser conciente? Es el mayor reto que a mi juicio tenemos como seres humanos.

El estar en la cumbre como los mas “evolucionados” de todas las demás especies vivientes es un lugar que deberíamos de trabajarlo desde una absoluta responsabilidad. Es un privilegio poder intervenir en el mundo como lo hemos hecho desde hace miles años en la tierra (intervención que se ha usado más para mal que para bien). La voluntad del hombre es la que se esparce por todo el orbe y está por encima de cualquier especie. Sin embargo creo que se ha equivocado el rumbo.

El ser humano es la única especie con “ego” y en vez de trabajarlo pareciera que todo lo hemos diseñado para ensancharlo por encima de todo. El hombre se apropió del mundo con su afán infinito de poseer, de vencer, de sentirse superior, de acumular y de llenarse de apegos materiales.

La naturaleza trabajaba en perfecta armonía hasta que llegó la humanidad. ¿De qué nos sirve ser la especie consciente cuando somos los mas inconcientes?.

Yo siempre he creído que todo está en constante evolución, el universo se crea y recrea a sí mismo por medio de todo lo que existe. Dios experimenta distintas experiencias de evolución por medio de todo y de todos.

No nos hemos dado cuenta del privilegio tan grande que tenemos y de cómo podríamos usarlo para el beneficio total de nosotros mismo y de todo cuanto nos rodea. Un animal en estado natural se dice que es “libre” pero no cobra conciencia de ello jamás ( o al menos eso pensamos). Un león no tiene que ser otra cosa que no sea un león; no vive preocupado pensando si será tal cosa u otra. Un hombre siempre vive preocupado por querer “ser” tiene la posibilidad de decidir y eso conlleva a enormes responsabilidades, porque la libertad cuesta dentro de la sociedad, el ser “tu” en toda su expresión tiene un precio que casi nadie quiere pagar. Y una vez que te vuelves conciente no puedes seguir actuando igual que antes.

El hombre cada vez busca más desarrollar su vida hacia fuera y se olvida de ir hacia adentro que es el camino que lo llevaría a la verdadera evolución. El momento en que cada hombre se encontrara a sí mismo se vería reflejado en todo cuanto hay en la tierra y cesaría de destruir y acaparar, dejaría de ser egoísta y por primera vez se daría cuenta que somos parte de un todo; el cual debemos respetar y proteger haciendo uso de las facultades y ventajas que tenemos .

La humanidad no se da cuenta que al destruir los recursos naturales no está destruyendo el planeta, pues el planeta se ha repuesto un sinnúmero de veces a catastrofes peores que el “hombre”.La humanidad no está destruyendo al planeta, la humanidad por falta de conciencia... ¡Se está extinguiendo a si misma!.

Ale*

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