El día de ayer tuve la oportunidad de asistir con dos personas que estimo mucho a la marcha conmemorativa de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en el 68, hecho histórico que sin duda fue “parteaguas” para la vida pública en México, como lo menciona un testimonio recopilado por Elena Poniatowska en su obra “La Noche de Tlatelolco”. En redes sociales y medios de comunicación ya existe un amplio revuelo sobre lo acontecido en dicho evento, y la polémica es tan extensa como las opiniones vertidas sobre el tema; hay de todo: quienes criminalizan la protesta y a los estudiantes, quienes ciegamente justifican la violencia –tanto de policías como de manifestantes-, quienes dicen que es un acto inútil, etc.

En lo personal, me gustaría “poner sobre la mesa” algunos elementos que considero necesarios –y que pocos toman en cuenta- para tener una reflexión de mejor calidad en torno al tema, y que así cada quien adopte una postura sobre la marcha de ayer pero desde una perspectiva periférica, no lineal, ya que hay quienes insisten en opinar al respecto sin tener conocimiento de causa sobre el asunto.

Sobre El Sentido y Origen de la Marcha

Hay quienes dicen que el sentido de la conmemoración a los estudiantes caídos el 2 de octubre se ha desvirtuado, que ya no es el mismo y que se ha convertido en pretexto para irrumpir el orden público con actos vandálicos. Pero, ¿qué hay de verdadero en esto?

Bien, recordemos que el inicio del conflicto del 68 tiene origen en un contexto de acentuada actividad estudiantil a partir de 1961 en torno a asuntos públicos; sobre todo aquellos gestados en solidaridad con Cuba y Vietnam por los conflictos bélicos que padecían, la lucha universitaria en Puebla de 1962 (por reformas a la BUAP), el alza en las tarifas de transporte público en Morelia para 1966 y la huelga de la UNAM en el mismo año. Cabe mencionar, que también es cierto que el modelo de Partido de Estado que representaba el PRI ya comenzaba a ser obsoleto para representar en el gobierno a una sociedad que tendía a mayor diversidad y heterogeneidad a diferencia del México post-revolucionario.

 La “gota que derramó el vaso” fue la irrupción de la policía y el ejército en instalaciones de la “Vocacional  5” del Instituto Politécnico Nacional después de un enfrentamiento entre estudiantes de dicha institución y la “Vocacional 2” –organizados en grupos denominados como “Los Arañas” y “Los Ciudadelos” contra la preparatoria Isaac Ochoterena; de forma posterior al conflicto estudiantil se detuvieron a varios estudiantes que habían participado en él. Lo que vino después fue una protesta por dichas detenciones, la cual fue contestada con más violencia y detenciones por parte del gobierno, y contra-replicada con manifestaciones cada vez más grandes; así sucesivamente.

El clímax del conflicto fue la exigencia de respeto a la autonomía de las instituciones educativas que había sido violentada, ello a voz del Rector de la UNAM Javier Barros Sierra de aquel entonces, discurso que dio en Ciudad Universitaria en agosto del 68. Luego, se da un punto de quiebre entre estudiantado y rectoría pues los alumnos manifiestan que en ese discurso no se cobijó el pliego petitorio que pretendía reivindicar los problemas de su vida académica –fenómeno que ocurrió en las principales universidades de América Latina- y se crea el Consejo Nacional de Huegla (CNH), órgano que desde entonces encabezaría el movimiento estudiantil aglutinando a este sector a nivel nacional, hasta la matanza en Tlatelolco. Esto realmente es un brevísimo resumen de los acontecimientos de aquel año pintado de rojo, en el que también México sería sede de las Olimpiadas.

Me parece que el sentido de realizar esta marcha año con año puede identificarse de manera concreta en los siguientes puntos:

1.       Recordar a los gobiernos –al menos una vez al año- Federal, Estatales y Municipales que la sociedad civil ya no está dispuesta a soportar ni tolerar el autoritarismo e injusticia que históricamente han sido características de nuestros Presidentes y gobernantes en general; que México no es el mismo desde el 68 y cierto sector de la población SÍ TIENE MEMORIA.

2.       Hacer una demostración de la voluntad y capacidad de articulación de la sociedad civil en torno a asuntos públicos (de suscitarse un hecho similar), especialmente asociados con la violencia y el abuso de poder. Muestra digital de ello son las tundas mediáticas por redes sociales a gobernantes que han incurrido en ello, sean legisladores o funcionarios públicos del Poder Ejecutivo.

3.       Manifestar que México es un país cada vez más consciente e informado (aun cuando no lo sea de manera suficiente y falte mucho avanzar en este aspecto) que tiende a la exigencia de mejores gobiernos con más resultados, y que de no haberlos la sociedad ya no lo callará como sucedía décadas atrás.

4.       Hacer saber a la clase política y gobernante que, como en aquel 2 de octubre de 1968, aun tiene una agenda pendiente de problemáticas en diversas materias (sobre todo la educativa) que todavía no han sido resueltas por el Estado. Ello lo mostraban las pancartas utilizadas en la marcha de ayer y de hace 45 años.

¿Se perdió entonces el sentido o no? Juzguen por ustedes mismos.

Sí, violencia. ¿Pero de quién y en qué medida?

Es innegable que el día de ayer se suscitaron conatos de violencia, tanto de la policía del Distrito Federal como de participantes en la marcha; es aquí cuando la pregunta que escribí en el subtítulo me parece pertinente: ¿Violencia de quién y en qué medida?

Desde mi experiencia y parecer durante esta majestuosa marcha, puedo comentarles a quienes me leen que en el evento de ayer caben 2 “categorías de manifestantes”:

A.      Violentados: verdadera sociedad civil como estudiantes, maestros, padres de familia, profesionistas, reporteros, policías lesionados etc. (95% aproximadamente de los asistentes).

B.      Violentadores: los denominados “anarquistas” (personas que a mi parecer son inadaptados sociales, además de personas infiltradas) y la policía del Distrito Federal agresora.

Aquí cabe mencionar que Artículo 19 (una asociación civil con intachable credibilidad) documentó a través de su campaña #RompeElMiedo 23 agresiones hacia la prensa de acuerdo con información de Animal Político (//www.animalpolitico.com/2013/10/protocolo-df/#axzz2gNbrsJJm), y suceso ante el cual dicha A.C. se posicionó en internet mediante un comunicado oficial (//articulo19.org/rompeelmiedo-documenta-violencia-durante-marchas/). Al respecto, se menciona que el 76% de las agresiones documentadas corresponden a la policía del D.F.

El resto de los actos violentos durante la marcha fueron realizados también por elementos de la policía, mismos que son reflejan conductas irracionales y bárbaras en el “cumplimiento de su labor”. El material pueden consultarlo en Animal Político (//www.animalpolitico.com/2013/10/en-fotos-y-videos-la-marcha-para-conmemorar-octubre-del-68/#axzz2gNbrsJJm), portal que recopila estos hechos.

Si se observan con detalle los videos, uno puede percibir que son muy reducidos los grupos de “anarquistas” violentadores  que se enfrentan con la policía, Y QUE EL RESTO DE LOS MANIFESTANTES SE APARTAN DETERMINANTEMENTE DE ELLOS DEMOSTRANDO NO SER PARTÍCIPES DE SUS DESMANES. Juzguen por ustedes mismos, pero ya habiendo revisado esta información.

¡QUÉ LÁSTIMA QUE ESOS GRUPOS MARGINALES MANCHEN EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL, PERO MÁS LÁSTIMA QUE PARTE DE LA OPINIÓN PÚBLICA CREA QUE LOS ESTUDIANTES PERTENECEMOS A ESOS GRUPOS!

Así mismo, me gustaría que quienes se manifiestan evitaran tirar en el suelo la basura que generan, porque la Plaza de las Tres Culturas no acabó muy limpia que digamos…

La cobertura mediática de empresas de siempre vs sociedad civil en redes

Finalmente, mediáticamente se dieron 2 enfoques a la marcha:

A)     Positivo: Quienes asistimos a la marcha compartíamos información (vía Fb y Twitter) sobre la reunión de los contingentes, los diálogos en su interior, las pancartas de protesta e incluso las porras y la cohesión social que generaban éstas (una de ellas es título de este texto), lejos y  fuera del morbo o amarillismo acostumbrado de muchos medios.

B)      Negativo: Muchos medios de comunicación, sobre todo aquellos que forman parte del oligopolio informativo de México se concentraron en difundir los actos violentos, en vez de la convivencia ciudadana al interior de la marcha, sobreponiendo la rentabilidad del morbo a la utilidad de la información.

¡Qué lástima también por la falta de ética, visión, profesionalismo y libertad del “círculo rojo” (prensa) dominante en nuestro país! Afortunadamente cada vez hay mayor oferta informativa y desarrollo tecnológico para que cada uno de nosotros pueda difundir información útil.