Que levante la mano quien no quiera agua potable en el futuro. Quien quiera que los hábitos de desperdicio de agua continúen como hasta ahora hable hoy o calle para siempre.

 

• En Puebla capital gastamos 315 millones de litros de agua al día.

 

• Un acumulado de 114,795 millones de litros al año.

 

• 76,530 litros por persona al año por cada uno del millón y medio de poblanos en la capital.

 

• Sin embargo, 85% del agua en todo el Estado se utiliza en el campo y en la industria.

 

 

 

¿Dónde está el mayor problema de desperdicio y contaminación del agua?

 

¡Exacto! A las empresas se les ha permitido descargar laxamente el agua convertida en mierda a los ríos, después el gobierno tiene que limpiar con millonarios gastos en el tratamiento de residuos. No toda la culpa es de la industria, cuando no hay castigo, uno se acostumbra. El asunto ahora es revertir esas malas costumbres. Ese castigo es responsabilidad federal.

 

 

Defensores del medio ambiente han pedido por años que se racionalice el consumo de agua, pero también, entre ecologistas y empresarios, se pone de ejemplo a Volkswagen, que toma agua para el uso manufacturero y la devuelve más limpia de lo que estaba. Es mejor limpiar el líquido desde el origen que depender de cientos de plantas tratadoras de agua (que son más caras y no fomentan buenos hábitos en la comunidad).

 

 

SOAPAP (Sistema de Operación de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla) fue creado por decreto en 1984. En esa organización estipulan:

 

• Misión: Cobertura total de los servicios de agua potable, drenaje, alcantarillado y saneamiento del Municipio de Puebla y áreas conurbadas. Enfoque de calidad, dándole prioridad a la Cultura de Atención al Cliente.

 

• Visión:  Ser un organismo moderno y autosuficiente, que contribuya al bienestar social y a la conservación del medio ambiente, administrando con eficiencia el personal, los recursos financieros y materiales con que cuenta.

 

Los poblanos saben que el servicio de SOAPAP: no es conocido por su calidad, la atención al cliente no es su fuerte, la modernidad se quedó en los 90´s y su contribución al medio ambiente es la misma que hace Justin Bieber a la música, así de poca.

 

Mis paisanos también recuerdan al Director anterior del SOAPAP, a ese personaje que le descubrieron irregularidades por más de 10 mil millones de pesos (lo equivalente a poco más de dos veces el presupuesto anual de la capital del Estado de Puebla), y que dejó una deuda en el organismo de unos 3 mil millones de pesos. Eduardo Macip, el maestro del lavar dinero con el agua de los demás.

 

 

El IMCO señala que el mal desempeño de los organismos que se encargan del abastecimiento de agua es el mal diseño institucional y la escasa autonomía para operar como empresas eficientes. SOAPAP no se escapa de este problema. La administración actual ha tratado de corregir problemas, sobre todo la cartera vencida.

 

Seguir en el camino en el que ha estado nuestro organismo operador de agua no es sostenible, no debe depender de la honestidad de los funcionarios o del desconocimiento o cambio de visión de los mismos cada 6 años. El proyecto del agua debe ser siempre el mismo.

 

 

¿Es necesario concesionar el servicio y aumentar la tarifa?

 

Con todos esos antecedentes, la concesión del servicio me parece oportuna y será necesaria la supervisión del Estado para evitar la repetición de los vicios.

 

 

Hace poco se presentaron las nuevas tarifas de SOAPAP, sobre todo a las empresas. Se leyeron quejas por todos lados. Se dice que primero debería hacerla eficiente y después cobrar más. Pero ¿cómo se hace eficiente una empresa quebrada, poco autónoma y sin visión a largo plazo?

 

 

Las empresas que hagan uso eficiente del agua, pagarán prácticamente lo mismo que venían pagando... Por eso esas no se quejan. 

En cambio, el aumento de cuota a los que no han hecho nada para hacer mejor uso del único líquido vital se justifica mientras permanezcan en el sistema agotado de usar, ensuciar y aventar sus porquerías a los demás.

 

 

Claro que hay otros incrementos que los empresarios deben cubrir ahora por los cambios en la reforma fiscal o las modificaciones al Impuesto Sobre la Nómina (ISN), sin embargo, no hay aumento más justificado que el de las tarifas del agua; el único elemento del cual depende nuestra subsistencia y el aseguramiento de una ciudad habitable a largo plazo. Es justo y necesario.

 

Hay que darle tiempo para su evolución pero no dejar de exigir buen servicio, agua limpia y operación sostenible para el futuro de la ciudad.

 

 

Nos leemos en Twitter: @HectorRodrigo