Este jueves habrá en Puebla una marcha -sí, otra más- que saldrá de Rectoría en Ciudad Universitaria entre 14:00 y 15:00 horas, con un segundo contingente que saldrá a las 16:00 horas de Plaza Dorada. 

Primero lo primero, lo que motivó de la marcha fueron las agresiones que recibieron jóvenes, entre ellos mujeres menores de edad, que se manifestaban pacíficamente en una acampada en el Zócalo de Puebla. Ellos son parte de un grupo llamado CUEP (Colectivo Universitario por la Educación Popular) que desde 2010 dan cursos de preparación para el examen de admisión de la BUAP completamente gratis, tanto a aspirantes a ingresar a preparatoria como a universidad. Esa es su chamba, eso hacen, a eso se dedican. Y hasta donde sé un porcentaje altísimo que ronda el 90% de los alumnos que pasan por los cursos del CUEP aprueban el examen.

El punto es que estos jóvenes fueron golpeados de una manera que en verdad fue inhumana mientras dormían en sus casas de campaña a las tres de la madrugada. Los individuos que lo hicieron les dieron con palos, varillas, bats y tubos. Los lastimaron de verdad. No sólo les dejaron moretones y contusiones, varios terminaron con heridas severas, sangre y huesos (en brazo, cráneo y espalda) rotos.

Aunado a esto, a ocho de ellos los raptaron, los subieron a una camioneta y los fueron a dejar a un terreno baldío en el Complejo Industrial 2000, por la carretera federal a Tehuacán. En el camino, los torturaron con desarmadores e intentaron abusar sexualmente de una de las menores de edad. Les dijeron cosas como que a ver quién los encontraba, que les iba a pasar lo mismo que a los de Ayotzinapa. Quienes no fueron secuestrados, pidieron ayuda a policías de una patrulla que estaba allí cerca; los policías ni se inmutaron.

Si sigues leyendo hasta este momento, estés o no de acuerdo con las causas que llevaron a estos estudiantes a manifestarse en el Zócalo, te pido que olvides que son estudiantes, que estaban acampando a modo de manifestación, que dan cursos gratuitos. Olvida todo eso. Ahora te pido que leas lo siguiente en voz alta, no importa dónde estés o con quién estés:

Un grupo de jóvenes poblanos en el que había mujeres menores de edad, fueron golpeados en el Zócalo de mi ciudad. Algunos de ellos fueron raptados, torturados y una chica casi fue violada. Ellos pudieron ser mis primos, mis mejores amigos, tal vez mi hermana o hasta mis hijos.

Si al leer esta última frase no sentiste nada, sólo me queda agradecerte por leerme; pero si después de leer esto, sientes un vacío en el pecho o en el estómago, un nudo en la garganta, un repentino dolor de cabeza, rabia, coraje, frustración o miedo, entonces te pido que este jueves marches junto a esos estudiantes, junto a los demás poblanos. Marcha porque no podemos esperar a que la amenaza de "les va a pasar lo mismo que a los de Ayotzinapa" se cumpla.

Marcha por ellos, marcha por mí, marcha por ti.

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