Hoy amaneció increíble. Hoy Dios me dio el mejor de los regalos: más vida, amigos, amor y un sol que me deslumbró al salir de casa. Un año nuevo.

Hoy la vida me regaló muchos brazos y palabras. Brazos amigos, compañeros, familiares, amorosos. Brazos de colección para mis memorias.

Todos los días uno aparece por el mundo distraído y no mira cuánto hay para disfrutar. Por eso me he dado a la tarea de asombrarme más, de creer, de ser niño otra vez. De no desenmascarar el acto de magia y seguir creyendo.

La cosas se siguen acomodando y eso sólo me lo ha regalado el creer y ustedes mismos, mis amigos. Me entrego de corazón a la vida y dejo mi mente alerta y receptiva para ir cachando esas salpicadas de cariño que tanto me han alegrado el día. 

En mis 29 sólo sé que cuento con millones. Hoy, en mis 29 leí tantas letras con mensajes hermosos que sentí como abrazos, cientos de abrazos.

A disfrutar.