Juan Manuel San Martín Reyna

UDLAP Consultores

El día de hoy me gustaría hablar sobre la información y la manera en que se toman las decisiones en este tipo de empresas.

Por lo regular los empresarios de compañías pequeñas o medianas creen que no hay tiempo para planear, y en realidad no cuentan con este tiempo ya que están inmiscuidos en el día a día de las operaciones de la compañía, se vuelven un engranaje fundamental para que la empresa funcione y, sin ellos, prácticamente la empresa se detiene.

Consideramos que somos demasiado pequeños, o que el mercado que manejamos apenas y da para nosotros, por lo que solemos decirnos para qué estar preocupados por la competencia o por llamar la atención de las grandes empresas, las dominantes de la industria en la que estamos participando.

Sin embargo, como dicen por ahí, debemos estar preparados para todo, incluso para el éxito. Pero pareciera que perdemos esta premisa del foco de atención, nos pasamos buscando el éxito de la compañía de manear tal que no nos damos cuenta si en realidad estamos acercando a ese éxito, no definimos algo tan básico como qué es el éxito para nosotros como empresa, qué es lo que queremos de la compañía o para qué lo estamos haciendo, simplemente desarrollamos actividades que muchas veces llegan a volverse mecánicas, rutinarias, queremos que la empresa siga subsistiendo, pero cuando volteamos hacia atrás y vemos cuanto hemos crecido y cómo ha crecido la compañía hasta ahora, muchas veces nos damos cuenta que hemos llegado a cierto nivel y estamos estancados, necesitamos crecer más, debemos pasar a una siguiente etapa, pero no sabemos cómo hacerlo.

Estamos en un punto en el que se debe dejar a tras la forma “artesanal” con la que solíamos hacer negocios, necesitamos hacer modificaciones en la compañía si queremos romper el techo de cristal que nosotros mismos hemos puesto, como bien lo decía Einstein en su definición de locura “seguir haciendo lo mismo, esperando diferentes resultados”, si queremos pasar a otro nivel, tenemos que innovar en la forma de hacer negocios, la pregunta medular aquí sería ¿Cómo podemos hacerlo?

Es precisamente en este punto donde tenemos que tratar de romper ese techo de cristal, y la idea con la que debemos partir en mente es: La Información. Alguna vez alguien me preguntó cómo podría ser el mejor CEO (Chief Executive Officer) o Director General de una compañía. En ese momento no pude dar la respuesta, pero la duda rondó por mi mente durante varios días, a final de cuentas pensé que si quiero ser el mejor director general, lo único que tendría que hacer es tomar las mejores decisiones y para hacerlo necesitaría contar con información completa, de esta manera el margen de error en mi decisión prácticamente sería cero.

De aquí se desprende esta idea, que si lo pensamos por un momento es lógica pura y dura, y que muchos de nosotros hemos experimentado en nuestro día a día cuando por alguna razón nos decimos “si yo hubiera sabido que……” Claro, si lo hubiéramos sabido, nuestra decisión hubiera sido diferente y el resultado de esa decisión también hubiese sido otro.

Pero como dicen por ahí, el hubiera no existe, lo importante son los resultados que hemos obtenido y que nos han puesto donde estamos. El problema con ser el mejor director general radica precisamente en que la mayoría de las decisiones no se toman con información completa, debido a diferentes razones, pero la primera y más importante es que la información cuesta, y cuesta mucho, en términos de dinero, en términos de tiempo, etc.

Aunque quisiera analizar toda la información posible, no me daría tiempo de conseguirla o digerirla o, peor aún, invertir en conseguirla sería muy costoso. Dado que no puedo conseguir toda la información, lo único que nos queda es tratar de tomar nuestra decisión con lo que tenemos a nuestro alcance, pero siempre habrá un margen de error dado que no tenemos información completa.

La idea entonces es tratar de aprovechar la información por la que ya hemos pagamos o que ya ha sido generada e incorporarla a nuestra toma de decisiones, como por ejemplo la información contable, aprovecharla no solo para aspectos fiscales, sino para tomar decisiones sin acercarnos siquiera a ser contadores, aprovecharemos toda la información macroeconómica que se genera en el país como lo son los datos de producción, inflación, tipo de cambio, tasa de interés y, sin ser economistas, aprenderemos a interpretar la información, saber cómo podemos trasladarla a nuestro plan.

Para mayores informes de este tipo de programa enviar un mail al correo [email protected] , visitar la página de internet www.udlap.mx/consultores/ o llamar al teléfono (222) 229 20 00 Ext. 5009 y 2713.