La familia de las personas con adicciones a alcohol y drogas suelen ser el paciente silencios; abnegados y siempre al pendiente de las personas con “los problemas”; personas incansables que buscan lo mejor para sus seres queridos sin esperar nada a cambio, incluso dando todo o más; ofreciendo su dinero, tiempo, emociones, ilusiones a sus hijos, esposos, mujeres pero nunca recibiendo nada a cambio.

Dentro de Nueva Mañana entendemos la mecánica familiar y la desesperanza que los padres y hermanos viven día a día al desear que el sufrimiento y el dolor que invade su familia desaparezca anhelando que su paciente ejerza una simple NO-acción, dejar de tomar ni a drogarse. 

Los familiares creen que es un capricho; se piensa que sus seres queridos “no quieren” dejar de intoxicarse y quizás por esas ilusiones no logran entender que aquellos con problemas de adicción simplemente no pueden dejar de hacerlo solos, no importe que fueran nobles, exitosos, amables o tiernos. Los deseos e ilusiones son superados por esta terrible enfermedad.

Las familias se desarrollan con culpa, saben que hicieron algo mal pero no saben con seguridad que fue. Saben que hicieron algo extraño pero no logran conceptualizar donde estuvo el error, y sospechan que con un día que mi esposo o mi hijo no tome ni se drogue es suficiente. Nosotros apoyamos a que esos anhelos ocurran, que si bien no es tarea fácil, tampoco imposible.

Cierro este blog citando esa frase ómnibus: “no se preocupe- mejo ocúpese”, familiares… manos a la obra. ¡Contáctanos!