El axolote mexicano es una de las especies más sorprendentes del reino animal, ya que posee dos características únicas como la regeneración de extremidades, órganos y la conservación de su estado larvario, lo que le hace lucir siempre joven con una sonrisa en el rostro.

Su nombre científico es Ambystoma mexicanum y es endémica de México, específicamente de los lagos que existieron en el Valle de México, por esta razón su historia se vincula con las diversas culturas que habitaron la zona como los mexicas, quienes lo consideraban un dios.

¿Quieres conocer la leyenda del axolote mexicano?, ¡sigue leyendo!

Huyendo a la eternidad

Hace mucho tiempo los dioses se reunieron en Teotihuacán para crear el universo ofreciendo su propia vida, deidades como Huitzilopochtli, Coatlicue o Xochipilli se arrojaron al fuego, pero hubo uno de ellos que temía morir, su nombre era Xólotl, el dios perro y gemelo de Quetzalcóatl.

Xólotl no quería arder aunque su muerte era importante para dar movimiento a los astros y, así, concluir la creación del universo, entonces huyó de la ciudad transformándose en una planta de maíz y un maguey; los otros dioses estaban enojados y ordenaron al viento que lo encontrara.

A pesar de las transformaciones de Xólotl el viento lo hallaba y al no tener otro lugar a donde huir sobre la tierra decidió sumergirse al lago convirtiéndose en un axolote, un pequeño anfibio con tres pares de branquias para respirar en el agua.

Allí permaneció por varios días, sin embargo el viento lo encontró, terminando con la buena suerte de Xólotl, entonces fue llevado a Teotihuacán para ser sacrificado y con la primera gota de su sangre que cayó los astros empezaron a moverse, concluyendo así la creación del quinto sol.  

De ahora en adelante cuando veas a un ajolote recuerda que se trata de un dios que escapó de la muerte.

¡Te esperamos en Acuario Michín Puebla!