Sin Tetas No Hay Paraíso
Con tan sólo trece años, Catalina empezó a asociar la prosperidad de las niñas de su barrio con el tamaño de sus senos. Pues quienes los tenían pequeños, como ella, tenían que resignarse a vivir en medio de las necesidades y a estudiar o trabajar de mesera en algún restaurante de la ciudad. En cambio, quienes los tenían grandes como Yesica o Paola, se paseaban orondas por la vida, en lujosas camionetas, vestidas con trajes costosos y efectuando compras suntuosas que terminaron haciéndola agonizar de envidia. Por eso se propuso, como única meta en su vida, conseguir el dinero para mandarse a implantar un par de senos de silicona y ser así deseada por todos los hombres.
Los que ya vieron la serie y leyeron la novela, saben que la vida de catalina es real y el cine tenía que presentarnos la realidad como tal. Mira que Catalina es terca, ignorante y falta de valores hasta el final. Y siento una gran responsabilidad, y claro que sentí muchos nervios cuando me dieron el papel, ... más»
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