Dos historias de amor colisionan en esta sensible, magnífica película: la primera se produce entre un padre (impresionante Christopher Plummer) y un hijo (notable Ewan McGregor), la segunda entre dos huérfanos. Son historias de amor interdependientes, que no pueden completarse sin que la una se reconcilie  ... más» Dos historias de amor colisionan en esta sensible, magnífica película: la primera se produce entre un padre (impresionante Christopher Plummer) y un hijo (notable Ewan McGregor), la segunda entre dos huérfanos. Son historias de amor interdependientes, que no pueden completarse sin que la una se reconcilie con la otra. El diálogo se realiza entre el presente (en el que Oliver intenta sobreponerse al duelo por la muerte de su padre, que salió del armario cuando se quedó viudo, a los 75, e iniciar una relación con una actriz francesa, que está de paso en Los Ángeles) y el pasado, en el que vemos los esfuerzos de Oliver por comprender a su progenitor, que ni siquiera quiere admitir que se está muriendo de cáncer de lo feliz que está con su nueva vida. La estructura no lineal de "Beginners" no es nada caprichosa, porque obliga a que los dos tiempos se afecten, se sonrían o se den la espalda, y así entendamos la melancolía de Oliver, sus barreras para dejarse querer, la distancia entre admirada y marciana con que observa al hombre que ha sabido vivir una mentira durante toda su vida sin sentirse culpable. Lejos de la afectación de su ópera prima, "Thumbsucker", o de las dos películas de su esposa, la videoartista Miranda July, Mike Mills se enfrenta a este relato autobiográfico con una sinceridad y una humildad aplastantes. Se nota que la historia que más le interesa es la paternofilial, porque la relación de Oliver con Anna (Melanie Laurent), que empieza de forma muy bella en una fiesta de disfraces, aparece finalmente algo desvaída, sobre todo porque nos faltan datos para empatizar con ella. Pero lo cierto es que poco importa: hay algo en "Beginners" muy profundo, muy emotivo y muy verdadero en su forma de hablar de las tristezas del amor. (POR: Sergi Sánchez, La Razón.es)  menos«