GRILLA, GRILLOS Y GRILLADOS

Imagen: Primera Línea

Llegó a ser el partido más importante de México, aglutinó a millones de militantes, cobijó lo mismo a obreros que a campesinos y en algún momento a los soldados, tuvo presencia y poder en todos los municipios del país, además de formar a miles de jóvenes políticos que iniciaban en el ámbito electoral, para después ocupar cargos públicos relevantes.

El 4 de marzo de 1929, el general Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario que, con el paso del tiempo, cambió de nombre (Partido de la Revolución Mexicana y en 1946, adquirió el que posee hasta la actualidad: Partido Revolucionario Institucional.

Cumpleaños

Noventa años de vida cumple el PRI, el llamado “tricolor”; esa fuerza que rigió siete décadas consecutivas (entre 1929 y 2000) para luego, tras un receso de 2 sexenios, regresar al Ejecutivo federal y perderlo de manera contundente en diciembre de 2018.

Poco queda de éste; sin embargo, su “legado” aún se nota en diferentes ámbitos de la vida nacional. Por ejemplo, sus contrincantes tienen entre sus filas a personas que migraron del PRI, ya sea por desacuerdos entre ambos o para buscar un mejor puesto bajo otras siglas.

Algunas muestras

Las clientelas políticas eran esa aplanadora electoral que permitía al PRI ganar con holgura cada competencia y que todavía hoy marcan la diferencia, principalmente en los estados. Así pues, organizaciones campesinas, de vendedores ambulantes, magisteriales, entre otras, han salido del PRI para recibir dinero y canonjías de gobiernos de otro color.

Por su parte, la corrupción fue una práctica común del priismo, es decir, desde su nacimiento y sin la cual –decían-, se podía ejercer el poder, movilizar a las masas, cooptar adversarios, obtener ingresos, castigar a los enemigos, privilegiar a los amigos o inclinar los resultados de una votación.

Los medios de comunicación fueron el instrumento más eficaz del régimen tricolor desde 1929. Su injerencia iba desde la inversión o el retiro de la publicidad oficial hasta su intromisión en las líneas editoriales; en el caso de los periódicos, controló el suministro de papel a través de Pipsa (Productora e Importadora de Papel), una paraestatal creada por Lázaro Cárdenas, y para la radio y televisión la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones, fue una constante durante todo ese lapso.

¿La clave del éxito?

En materia de gobernabilidad, el PRI tuvo en la disciplina y en la no reelección la fórmula perfecta para mantener alejado de las tentaciones al mandatario en turno de perpetuarse en la silla, a la par, logró llevar a cabo transiciones ordenadas y pacíficas, mantener una relativa paz social en el país y evitar golpes de Estado, tan comunes en la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica.

Con respecto a la democracia, el PRI- gobierno siempre actuaron como uno solo, una maquinaria perfectamente ajustada y diseñada para triunfar apabullantemente. El “acarreo”, la intimidación, el “carrusel”, “ratón loco”, “urnas embarazadas, la “operación tamal” y el “zapato”, fueron las tácticas ilegales que este partido implementó en todos y cada uno de los comicios federales o locales.

El sello de la casa

Las crisis económicas fueron, quizá, uno de los mayores desastres heredados del Revolucionario Institucional. Si bien, hasta 1975 la estabilidad se mantuvo con la paridad de 12.50 pesos por dólar, a partir del año siguiente, fenómenos como la inflación y la devaluación se prolongaron hasta 1994, agravando las condiciones de vida de mucha gente.

Analfabetismo, sindicalismo “charro”, desigualdad, desnutrición, impunidad, violencia, narcotráfico y guerra sucia son algunos problemas originados o acrecentados en esa larga etapa política de México conducida por el partido único, que hoy se ha convertido en un grupo testimonial, con poca representación, sin liderazgos, rechazado y desprestigiado, que llega a su aniversario 90, pero que en la realidad,  parece que no alcanzará el centenario.

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