Hola a todos del otro lado,

Y esta es otra columna más, sin darme cuenta ya podría hacer un libro con mis grandes escritos, el libro se llamaría ‘ Sin Eva no hay paraíso’; mientras eso pasa seguiré intentando escribir mi nombre completo.

Lo que quería contarles es uno de mis momentos de gloria, me hizo sentir todo poderosa por unos segundos (quizá fue un minuto) y después me dio un poco de pena, las cosas como son. Estaba en el super acompañando a una amiga a comprar las típicas cosas que en tu casa tu madre no las compra o si las compra cuando vas con ella (y llenas el carrito), me refiero a esas cosas que solo tu usas en casa y solo tu y nadie más que tu sabe que son bienes perecederos y que en algún momento vas a tener que reponer el producto para poder seguir satisfaciendo tus necesidades del día a día, productos como:

Cepillo de dientes cerdas mágicas removedoras de encías con limpiador de lengua, pasta dental recomendada por los expertos White extra fresh citrus con capsulas liberadoras de bacterias, cera depiladora frutas de la pasión pero como no la hay decides probar la de avellanas con toque de miel... y más cosas de esa gama de productos.

Todos estos bienes de higiene personal normalmente están en el mismo pasillo, pues imagínense, estoy ahí en ese pasillo con mi amiga decidiendo qué cera va a comprar cuando tímidamente se acerca un hombre (adulto-joven) yo le calculo unos 35 años más o menos, tenía alguna cana prematura pero lo que más resaltaba era su cara del color de un tomate mirando la estantería de las toallas sanitarias (compresas en otros países) de arriba abajo como si se le viniera encima y diciendo (mientras estrangulaba su papelito con la lista de la compra)

- Perdón me podrían ayudar un momento, necesito comprar unas toallas nocturnas-

Obviamente a mi me dejaron anonadada sus palabras:

Pero no todos somos iguales porque la reacción de mi amiga fue todo lo contrario a la mía, ella como la mas entendida:

Inmediatamente empezó hacer preguntas al chico sobre la marca que buscaba y como atención por parte del servicio a clientes le proporcionó  la marca de toallas que ella usaba y sus recomendaciones sobre el producto en general.

El joven muy agradecido se fue con el producto que mi amiga le recomendó (estaba clarísimo) inmediatamente yo hice cara de ‘NO ME LO PUEDO CREER’ (que vergüenza) pero mi amiga puso cara de ‘AY POBRE, LA VENGÜENZA QUE HA PASADO EL HOMBRE’ e inmediatamente después de ver su cara y escuchar sus comentarios, me sentí como la peor ciudadana de la historia.

Nadie lo sabe todo y aunque hay situaciones complicadas que te dejan anonadada lo importantes es ayudar y parecer natural

Saludos,

Eva