Toda elección es importante, pero esta para los Poblanos tiene relevancia especial: el Alcalde que Gobernará el Municipio de Puebla a partir de febrero de 2014 lo hará por 4 años 8 meses y tendrá la oportunidad de cambiar muchas cosas en la ciudad quitándose el pretexto de “3 años no alcanzan”; incluso creo que puede ser un buen laboratorio para seguir impulsando a nivel federal la necesidad de reelección de  alcaldes y legisladores que den continuidad a sus proyectos teniendo incentivos más profundos para permanecer en sus puestos y para rendir cuentas a sus votantes; la reelección sería un buen insecticida anti-chapulines.

Las dos alianzas nos presentan candidatos fuertes e interesantes, parece que las preferencias están bastante parejas a pesar que algunos medios dan ventaja a Tony, pero en todo caso no es una ventaja irreversible para Enrique.  Ambos han tenido puestos importantes en el servicio público (considero a la BUAP un ente público aunque autónomo) y han podido demostrar sus resultados; a los dos les gusta mucho hacer obras importantes y dejar su marca personal; el primero en el Gobierno del Estado impulsó obras de infraestructura impactantes; el segundo creó espacios culturales y deportivos a la altura de las mejores universidades del mundo.

Pero  precisamente por su cercanía con los fondos públicos de tan grande magnitud, es necesario que ambos pongan en claro ante la sociedad el origen de sus fortunas y las de sus familiares cercanos; considero que la honestidad y la capacidad deben ir siempre juntas cuando ser la cabeza de una ciudad se trata; la cantidad de recursos que se manejarán en este periodo para la Ciudad de Puebla serán los más cuantiosos hasta ahora y tiene que notarse en la calidad de vida y bienestar de los ciudadanos, no de  los próximos servidores públicos y de sus familias; esa película ya la vimos varias veces y siempre ha tenido finales desagradables.

La guerra sucia ha comenzado, me viene a la mente la famosa “Guerra de las Colas”; parece que ambos candidatos están buscando cuál de los dos la tiene más larga y si uno se distrae el otro se la puede pisar con tanta fuerza que no podrá  brincar a ocupar la oficina del Palacio Municipal; pero al final la ciudadanía y  los dos candidatos perderán al menos que pronto  quede claro que no hay colas que pisar, ¿Estaremos pidiendo algo imposible?

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