El procedimiento quirúrgico que más se realiza hoy en día es la cesárea, los médicos lo vemos varias veces al día; pero, no por eso podemos desconocer que a las mujeres les produce un alto nivel de ansiedad.

Y, aunque nosotros elegimos el tipo de anestesia que utilizaremos, es recomendable que antes de la fecha probable del nacimiento, las mujeres asistan a una consulta, pues así conocen las diferentes clases de anestesia para enfrentar mejor el procedimiento.

• Anestesia regional. Tradicionalmente se conoce como la ‘inyección en la espalda’, pero, en términos exactos, se aplica en el eje neuroaxial, y se clasifica en peridural y espinal.
  
  Espinal o raquídea. Una vez se aplica, la paciente presenta un bloqueo completo, desde el pecho (esternón) hasta las piernas, con un efecto casi inmediato, pues no hay que darle tiempo para que actúe, sino que se puede hacer la incisión rápidamente.
  
  Entre los efectos colaterales que podrían presentarse se encuentran: baja repentina de la tensión arterial, precisamente por su pronta acción y que requerirá un monitoreo permanente a la madre.
  
  También, la cefalea posraquídea, o dolor de cabeza cuando termina el procedimiento, que se presenta porque al aplicarla es necesario romper la duramadre.
  
  Hoy día estos inconvenientes se presentan en un porcentaje muy bajo, en relación con años anteriores: aparece entre el 1 y el 4 por ciento, porque actualmente las agujas son de muy delgado calibre. 
  
   
• Peridural.  Es muy frecuente su uso, pues muchas pacientes, que habían planeado dar a luz por parto vaginal y se les había aplicado la analgesia peridural, se complican y es necesario hacer cesárea; entonces se les aplica el anestésico por el catéter.
  
  A las pacientes no les duele nada, pero sienten que las están operando, que les están haciendo presión en el abdomen, que nace su bebé porque empujamos para sarcarlo.
  
  La principal ventaja de la peridural es que el efecto no es tan prolongado; las mamás salen de la sala de cirugía sin dolor, moviendo sus piernas y hábiles en su nuevo rol.
  
   
• Anestesia general. Recomendamos que este tipo de anestesia se usé solamente cuando la madre está en muy malas condiciones; por ejemplo, si presenta una hemorragia por desprendimiento de placenta, si tiene enfermedad hipertensiva muy grave y su estado cerebro-vascular está comprometido porque convulsionó o si hay sufrimiento fetal agudo, que no da tiempo para poner una anestesia regional y hay que sacar al bebé lo más pronto posible.
  
   
• Cefalea posraquídea. Cuando es muy intenso el dolor de cabeza que se puede presentar después de aplicar la anestesia espinal o raquídea, la opción para controlarlo es aplicar un parche sanguíneo. Para ello, se toma una muestra de sangre de la madre y se le aplica en el mismo sitio de la punción de la anestesia; así, se cierra el espacio de la duramadre que se pinchó.
   

Dr. Eustasio González y Moctezuma

Somos tu mejor opción ya que contamos con una alta experiencia para controlar, monitorear y realizar partos naturales o por cesárea.