La melamina, en sí, es un tipo de material plástico compuesto por resinas que se emplea para revestir muebles y se caracteriza por ser dura y resistente al calor. Consiste, en definitiva, en un recubrimiento que va pegado.

Cuando hablamos de muebles de melamina normalmente nos referimos a un tipo de mueble, aunque, técnicamente, la melamina es la chapa que recubre el aglomerado o el MDF, que está compuesto por serrín.

Hace unos años era un material muy limitado y de peor calidad, pero hoy en día ha evolucionado gracias al desarrollo y la innovación, por lo los muebles de melamina resultan muy adecuados para utilizar en múltiples espacios y contextos debido a sus numerosas ventajas.

Económico
Sobre todo si los comparamos con los muebles de madera maciza, que al provenir directamente del árbol y al requerir de un proceso de elaboración que precisa de un tratado más cuidado hace que se incremente su costo.
Resisten la humedad
Resistente al rayado
Resistencia al sol, al fuego y aislante térmico
Aislante acústico
Resistencia a los parásitos o microorganismos
Muy resistente a los detergentes y a los agentes químicos
Amplia posibilidad de colores, incluso se puede imitar la madera
Diferentes texturas: rugosa, lisa, mate, brillo… con diferentes motivos
Es muy fácil de limpiar, ya que está polimerizada, por tanto el agua no puede entrar fácilmente en el aglomerado, aún así te recomendamos que utilices paños húmedos y no demasiado mojados para limpiar la superficie ya que si los bordes no están protegidos pueden filtrarse en el aglomerado, perjudicando así la calidad del mueble.