Con la pandemia del COVID-19 y el freno obligado de la sociedad, que, con la finalidad de evitar la propagación del virus, debemos permanecer en casa, debemos dejar de ir a laborar, el cierre de comercios, restaurantes, hoteles, y hospitales en guardias mínimas, gobiernos en funciones esenciales, todo se detiene, pero enfermedades como el cáncer continúa, como si se adicionar un flagelo más a la pandemia viral, silencioso y letal.

Es por esta razón que, a nivel sanitario, todo se mantiene en mínimas funciones, solamente los oncólogos no se detienen, continúan en su lucha contra el cáncer y entienden que ahora más que nunca esta población de pacientes con cáncer es más vulnerable en todos los aspectos:

1. El cáncer es una enfermedad que compromete la inmunidad del enfermo.
2. Los pacientes se someten a cirugías que también comprometen su sistema inmunológico, a veces con internamientos prolongados, que los pone en riesgo de infectarse.
3. Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia bajan sus defensas.
4. La funcionalidad de los comités oncológicos se detiene por temor a congregarse.
5. De por sí el paciente oncológico libra su batalla solo, y muchas veces deprimido, esto se acrecienta cuando además debe de estar solo a una sana distancia de sus seres queridos.
6. Tratamiento oncológicos como radioterapia a pulmón o radioterapia en pacientes con cáncer de mama, provocan fibrosis pulmonar, lo que los hace más vulnerables a infección virales y neumonías atípicas.

Las políticas sanitarias en cuanto a no suspender tratamientos oncológicos y a no suspender labores oncológicas son lógicas en cuanto a que los pacientes con cáncer deben ser atendidos en su necesidad, exponiendo también al médico oncólogo a contraer una infección.

Nos hemos encontrado que los pacientes oncológicos son los menos afectados del COVID-19, posiblemente esto se puede explicar porque al estar inmunodeprimidos ellos extreman las medidas de no contaminarse, o bien, y quizás esto puede dar pauta a protocolos de investigación, la respuesta. de los pacientes con cáncer sea diferente ante el COVID-19.

Por último, si deseo mencionar que el sistema sanitario no debería de tomar a la ligera este problema y no se debe de dejar de abastecer medicamentos e insumos a las personas y al personal sanitario que labora sin tregua y siempre está en riesgo.

Un saludo.