Todos hemos tenido algún ataque de compras compulsivas, pasa sin avisar. Sucede cuando vemos una oferta que parece inmejorable, un 3 X 2 o algún precio que se queda en .99 centavos. Luego del arrebato por comprar, se viene el arrepentimiento y nuestra conciencia indica que lo comprado no era necesario.

Hay múltiples factores por los que estos ataques suceden, los más señalados son las campañas de mercadotecnia y publicidad que invaden todos los espacios posibles. Estamos ante una situación permanente de bombardeos; sin embargo, hay fechas en las que se acentúa mucho más la invasión. Promociones, descuentos, paquetes y ofertas se hacen presentes en días como los que estamos pasando. A partir de noviembre hasta terminar el año nos vemos sometidos a demasiada información para gastar.

Televisión, radio, prensa escrita y ahora en medios digitales son las plataformas de las que no podemos huir. Aunque la culpa no es por completo de los medios, hay varios factores que nos orillan a gastar más de lo debido en artículos innecesarios. Ver a un grupo de personas adquiriendo productos, pensar en los beneficios presentes en lugar de hacerlo a futuro son un par de factores complicados de evitar a la hora de comprar.

La falta de cultura y educación financiera son elementos que influyen de manera directa a este fenómeno, aunado a las facilidades de pago, meses sin intereses, sistema de puntos, que fomentan el uso excesivo de las tarjetas de crédito. Si bien es importante ir aumentando el historial crediticio, tenemos que ser responsables en el tipo de productos y en los plazos que adquirimos para realizar los pagos.

Antes de cualquier compra, analiza sus beneficios a futuro, intenta liquidar todo en los menos pagos posibles, compara los precios en distintos establecimientos y revisa las condiciones que mejor te convengan.

Un consumo responsable es la mejor herramienta que puedes usar para defender a tu bolsillo.

Fuente: Artículo publicado en El Economista el 28 de noviembre de 2016 por Juan Tolentino Morales