En el contexto internacional, desde hace varios años se reconoce el potencial, en muchas áreas, con el que cuenta México, sin embargo mucho se ha hablado de la necesidad de hacer reformas estructurales que modifiquen el ámbito jurídico nacional a la realidad económica mundial, con el fin de poder aprovechar las ventajas competitivas del país.

Todas éstas reformas que han ido desde la educativa, la laboral, la de telecomunicaciones, la energética, la política, la fiscal y algunas más, se han distanciado de la mayoría de los mexicanos, ya que no han podido ofrecer verdaderos beneficios a la población que les permita involucrarse con los cambios que requiere México.

Es importante señalar, que éstas transformaciones tendrán su efecto en el largo plazo, y que no se pueden exigir resultados de la noche a la mañana, pero si alguien duda de la incredulidad de una parte de los mexicanos en cuanto a los efectos de percepción, solo basta recordar algunos ejemplos como el caso de la reforma educativa que se impulsa, se promueve y al final se vuelve a someter a presiones políticas; o en el caso de la reforma laboral, que a más de un año de haberse aprobado no ha podido generar las fuentes de empleo, que supuestamente se lograrían con una legislación moderna; pero si no basta éstos ejemplos, habría que preguntarle aquellos empresarios si con la enésima "reforma fiscal" como la que se planteó y se aprobó en el Congreso, se sienten seguros de poder planear en el largo plazo, sin que antes aparezca un "pacto fiscal" o peor aún, cuando el próximo año surja la posibilidad de que se discuta, la necesidad de una reforma, a la reforma fiscal, ya que las otras eran solo el comienzo de un nuevo rumbo.

Es evidente que México requiere modernizarse y necesita transformaciones, pero transformaciones profundas y claras que a la par de esos cambios, también modifiquen leyes secundarias, reglamentos, normas y todo el contexto que permita demostrar a la sociedad que se tiene una visión de largo plazo con rumbo definido, un objetivo de bienestar social y que no se someterán a presiones de ningún tipo. De ésta manera los mexicanos de todos los niveles tendrán una percepción de mejora y al ver que las reformas, meses después no son reformadas, contribuirán a tener un verdadero progreso nacional.