A la hora de decorar un hogar, al igual que sucede con la moda, nos encontramos con un amplio abanico de estilos, completamente diferentes entre sí. Desde las opciones más clásicas y antiguas, hasta las más modernas y vanguardistas, cada una de ellas cuenta con un sello propio que la hace única. 

Shabby Chic 

Inspirado en las casas de campo de Gran Bretaña, el shabby chic cuenta con un ícono característico que nunca falta: las flores. Rosas de todos los tamaños estampadas en manteles, almohadones y cortinas. Predominan el color blanco y los tonos pasteles que le dan un tono romántico al espacio. Otros elementos siempre presentes son las velas y las arañas patinadas. 

Minimalista

Líneas rectas, colores neutros, y la menor cantidad de elementos posibles son las premisas que persigue el minimalismo. Se prioriza el espacio amplio y el orden, y se evita cualquier elemento decorativo innecesario que estorbe y rompa con la armonía. 

Nórdico

El estilo nórdico, también conocido como escandinavo, es sin duda uno de los hits del momento. Originaria de Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca, esta tendencia se caracteriza por la sencillez, la funcionalidad y la comodidad.

Al igual que en el minimalismo, el color estrella es el blanco, que se utiliza para las paredes, los pisos y los muebles, aunque en este caso se añaden algunos toques en colores vibrantes. También predominan los elementos naturales, de modo que muchos muebles y adornos son de madera, siempre de tonos claros. 

Moderno

El estilo moderno ganó popularidad en los últimos años, mayormente entre el público joven. Apuesta por un espacio organizado, que sea fácil de ordenar y de limpiar. De carácter elegante y sofisticado, este tipo de decoración apela a colores neutros como el blanco, negro o gris, y los muebles suelen de madera en tonos oscuros. 

Vintage

Este es uno de nuestros estilos favoritos, y una de las grandes tendencias actuales en el diseño de interiores. La idea es tomar muebles antiguos y restaurarlos para darles un look mas moderno, mediante las técnicas del patinado, decapado, o incluso renovarlos completamente pintándolos de colores vibrantes y llamativos. Desestructurado, natural, alegre, el estilo vintage nos invita a animarnos a experimentar con distintos materiales y colores para lograr un espacio cálido y acogedor. 

Industrial

Ladrillos y caños a la vista, techos de hormigón, vigas, tuberías, y grandes lámparas colgantes son los must de esta tendencia, nacida en New York en la década del 50, cuando muchas fábricas antiguas fueron abandonadas. Estas instalaciones fueron rápidamente ocupadas por artistas neoyorkinos y transformadas en sus hogares. 

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