Caminaremos en comunidad hacia Pentecostés… El camino pascual ha sido un tiempo de descubrimiento y de alegría, reconociendo la presencia de Jesús resucitado en nuestra vida cotidiana. Es momento de preparar nuestro corazón para acoger al Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés.  

Dios actúa por medio de su Espíritu; lo envía a todos los que estamos bautizados para comunicarse con nosotros y para acompañarnos día con día. El Espíritu Santo inspira, crea, ama y renueva. También nos capacita para que trabajemos a favor de la Iglesia, de la humanidad y de nosotros mismos. 

Pidamos a Dios que derrame su Espíritu en nuestra familia y preguntémonos: ¿Cómo actúa en mí el Espíritu Santo? ¿Le permito ser mi guía y maestro? ¿Actúo en consecuencia como testigo de Cristo en este mundo cada vez más alejado de Dios? O, por el contrario, acallo a mi conciencia con reflexiones egoístas como: todo el mundo lo hace, a mí no me toca, no tengo tiempo… Aprovechemos esta fiesta para recibir al Espíritu Santo y comprender este misterio, no con la razón sino con el corazón. Señor, ¡danos tu Espíritu!