La música es vida, es arte y es un todo que puede ayudarnos a salir adelante, nos acompaña en todo momento y hay canciones para todo, para llorar, bailar, reír… en fin, es un todo que forma parte de nuestro día a día.

Dentro de esta cotidianeidad, de un tiempo para acá comenzó a estar muy presente la música urbana y con eso surgió un nuevo “team” que descalificaba este género, incluso, recientemente, en los Latin Grammys la presencia de éste bajó significativamente por lo que se generó el hashtag #SinReggaetónNoHayLatinGrammy.

Todo esto ha sido parte de una revolución musical que comenzó con Daddy Yankee y Don Omar y hoy por hoy continúa con Maluma y J Balvin pero, ¿Por qué es tan discriminado este movimiento?

Uno de los principales argumentos de quienes agreden al género, como Aleks Syntek, es que no tiene un lenguaje apropiado para los niños, y primero, NO es música para niños, todos lo tenemos muy claro, pero la música frente a otras industrias tiene una gran ventaja que en este caso juega en su contra: la exposición.

Este reciente estudio de spotify nos muestra el crecimiento del género en la plataforma desde el 2014 hasta el momento y podemos ver como, ni aunque quieran, los géneros no alcanzan al movimiento urbano, pero ¿alguien maquilló las cifras? No. Todo es por los usuarios.

Al ser algo mundial, el éxito de la música no se puede sesgar a sólo un público, si está en los tops mundiales “4 babys” no solamente va a sonar en antros, sino también en restaurantes y plazas comerciales, y entiendo, la lírica no es la más respetuosa pero ¿es real?

En palabras de José Adolfo Verde, director y productor artístico ,”la industria de la música ha cometido un error grande [...] cuando prendes la tele y ves una escena súper violenta [...] todos tenemos claro que es una ficción… por alguna razón en la música parece que no.”

Si bien, la música puede condicionar las actitudes de una sociedad, no es un determinante en el actuar de las personas, todos saben qué hacer y qué no hacer, la música no está para educar. Así como se critican las letras y los ritmos, ¿Por qué no hacen lo mismo con las películas? 

Por eso, anteriormente decíamos, la exposición no es la misma, sabes que al comprar un ticket para el cine si llevas a tus hijos a una función donde todos se matan es tu responsabilidad pero, si llevas a tu hijo a un restaurante y de repente ponen “Otra vez” de J Balvin te causa conflicto y es entendible, solo que al final de cuenta no es cosa de los músicos, sino de los establecimientos.

Así como este género, hay muchos otros más con prejuicios que en los próximos blogs te platicaremos, está el tan aclamado “si bailas ballet y eres hombre, no te gustan las mujeres” o el “escuchas banda si eres naco” y así nos pasamos por la vida estereotipando a las personas, géneros  a todo simplemente por el hecho de juzgar sin conocer.

Por eso, en el Centro Musical y de Artes Escénicas Crescendo tienen una gran apertura para la educación artística, si bien no cuentan con todos los géneros en clases, sí hay un diálogo sobre la apreciación de las artes, en todas sus formas y de todos sus tipos por lo que puedes estar seguro o segura de que el asistir ahí no solo te hará crecer como artista, sino también como persona.