Colegas de videoclub, 9 diciembre 2009 Autor (a): Betomovies de Santa Fe, Argentina Regular cinta de animación, una secuela que decae en comparación con la intensidad de la aventura de la primera parte. Lo más reiterativo dentro de las circunstancias que la cinta detalla es el constante contraste en la ... más» Colegas de videoclub, 9 diciembre 2009 Autor (a): Betomovies de Santa Fe, Argentina Regular cinta de animación, una secuela que decae en comparación con la intensidad de la aventura de la primera parte. Lo más reiterativo dentro de las circunstancias que la cinta detalla es el constante contraste en las dos posibilidades que hay en el mundo animal: el de la bestialidad salvaje o el ser una mascota doméstica. Todo apunta a la crítica sobre que el animal doméstico es una especie de autómata que pierde autonomía en el proceso de adiestramiento, tomado aquí como una especie de lavado de cerebro que atenta contra los genes y el instinto animal. En esta segunda parte se nos presenta como atractivos principales dos frentes: * Una colorida misión de rescate desde lo estético, pero ciclotímica desde las emociones y desde la calidad de los gags descriptos. Si bien lo más destacado es la parte visual por el colorido de los gráficos, esta cinta no sorprende ni se destaca dentro de lo que está ofreciendo el mercado de la animación contemporánea. Además de ello, desde la historia en sí tampoco hay momentos memorables como para recordarla por alguna situación en particular. * También desde el otro frente se apunta a mencionar superficialmente las inseguridades que el compromiso matrimonial conlleva. Así se describe un relato mínimo en variantes que apunta a reflexionar sobre la responsabilidad del dar el sí frente al altar. En fin, una cinta sin muchas pretensiones desde sus objetivos y sin demasiado destaque desde lo estrictamente técnico. Por ende, una opción regular, un mero pasatiempo para los más pequeños, para los demás no cumple y seguramente serán "despegados" rápidamente de las ñoñas alternativas descriptas.   menos«