En mis escasos 22 años de vida, he visto un sin número de pequeños, medianos e inclusive grandes negocios que fracasaron en el viaje del emprendimiento. Negocios que tuvieron un ciclo inicial feroz y culminaron con la simple acción de bajar su cortina metálica para nunca volver a saber de ellos.

Así se describe el ciclo de vida de una PyME. Efímero y lleno de emociones, tanto buenas como malas. Es un dato importante de saber que más del 65% de estos emprendimientos no alcanzan los dos años y el 50% ni siquiera acompletan el primero y sólo el 10% logra un ciclo exitoso de 10 años, por lo tanto estamos hablando que de cada 100 empresas solamente 10 logran establecerse sólidamente. Tomando en cuenta que al año se crean más de 400 mil nuevas empresas, pronosticamos que de ellas sólo tendremos aproximádamente 40 en diez años. Esto es preocupante, ya que estos negocios representan más de la mitad del PIB en el país.

¿Por qué sucede todo esto?, ¿es esto un problema "de cajón" a la hora de comenzar un proyecto?. De hecho, lo es. Y no debería de ser como tal parte del paquete el latente riesgo de ser ese 90% que no prosperará, ya que las PyMEs generan una gran cantidad de empleos, servicios únicos y por lo tanto un derrame económico importantísimo para la nación. Este tema debería de ser obligatorio para los empresarios de hoy y de mañana, un pretexto para cultivarse en el riquísimo mar de información disponible de tan afamados autores, los cuales seguramente fueron o son actuales empresarios exitosos.

A continuación voy a enlistar las razones principales, que considero deberían todos de saber.

1.- La fiebre de las ganancias.

No podemos hablar de ganancias en una empresa que recién comienza y dependiendo del tipo de negocio, es el tiempo que tarda en dar verdaderos frutos. Unas antes, otras después, quizas en 1 año o quizás en 10.

Y lo peor de todo es que la gente confunde el asignarse un sueldo con las ganancias que tiene la empresa. No es lo mismo. Las personas trabajan el mes completo para que al final si sobraron 50 mil pesos de "ganancias", los toman a cuenta de lo que ellos deberían de ganar por lo que hacen y esto no debería de ser así. Tenemos que asignarnos una base, en este caso podrían ser 20 mil mensuales, y entonces si sobran 30 mil, debemos forzosamente reinvertirlos en el negocio en mejores instalaciones, publicidad, más empleados o simplemente ahorrarlos para quizás hacer después una inversión más fuerte en un futuro.

Las empresas son como bebés, que para que crezcan fuertes y sanos, hay que alimentarlos constantemente de forma correcta, hasta que maduran lo suficiente para que solitos se puedan autoalimentar.

2.- Falta de constancia.

¿Qué sucede?, este punto es simple. Lo "emprendedores" se desesperan porque al primer mes no tuvieron ganancias o tuvieron puras pérdidas. Al siguiente mes, sucede lo mismo y al llegar al sexto mes deciden cerrar porque "no funcionó". Me río cada vez que escucho esto. Repito, un negocio no reflejará ganancias los primeros meses por diferentes motivos, y hay que saber superar esta etapa reinvirtiendo como mencioné arriba. Hay que aguantar, como quien dice.

Seguramente terminaremos consumiendo eso que no pudimos vender, son tiempos duros, llenos de desesperación y de tristeza. Pero el día de recoger los frutos llegará, si es que lo que haces es promesa y si tu mejora es constante en esos puntos vitales de impulso.

3.- Mala idea.

También, hagas lo que hagas, si no tienes una idea clara o de plano no tienes una idea de negocio que prometa, no vas a lograr nada. Poner un negocio no es solamente imponer tu sueño de iniciar una tienda de accesorios hechos de caucho y basura y todo un conjunto de reciclados, porque seguramente haya gente que quiera comprarte algo pero realmente es un mercado muy pequeño y por lo tanto tus ventas serán relativas a ello.

La idea se debe de pensar muy bien, se debe consultar, se tiene que evaluar y ver otras opciones. Tienes que ver quién es tu competencia directa, el modelo de negocio, etc. Sin esto corres el enorme riesgo de quebrar a la primera.

4.- Nula publicidad.

Esto va completamente relacionado a mi primer blog: Promofobia: El miedo a la publicidad.

No podemos pretender abrir una empresa sin haber estimado la publicidad mensual, trimestral o semestral que se hará y cuánto estaremos invirtiendo en ella. Es indispensable darse a conocer de una u otra manera. ¿No tienes dinero para eso?, Facebook es gratuito de cierto modo. Hay mil formas de hacerse promoción y como digo en mi blog, no hay pretexto alguno para no darse a conocer.

¿Cómo quieres que llegue nueva gente a la velocidad que deseas si no te conoce más gente?. Suena hasta lógico si lo lees. Nueva gente te tiene que ver para que nueva gente te consuma y por lo tanto generes nuevas sumas de dinero.

5.- Pésimo servicio, cero fidelidad.

Seguramente no sea directamente tu culpa, ya que no atiendes directamente tú. Lo más atinado es que sea culpa de tus empleados y por lo tanto culpa tuya. Tienes que supervisar que tu gente trate como familia a tus clientes, sin ser invasivos y empalagosos.

Si alguien siente antojo de comprarte y lo atienden con mala cara, leeme bien, jamás van a volver a regresar, jamás. Aquí se ve comprometida una parte esencial para el negocio, la fidelidad. Esta herramienta tan potente la estás dejando ir por culpa de la mala supervisión. ¡Los clientes fieles te harán próspero! y traerán muchos más clientes que un cliente común. Por lo tanto, trátalos bien y verás muy buenos resultados.

Y así resumo, culmino. No nos quejemos de la situación del país como pretexto de nuestros errores. No dejemos atras las oportunidades y si ya las has tomado, no las eches a perder. Emprender no es un tema a la lijera, es un estilo de vida. Es responsabilidad, valor y entusiasmo, es abrazar el sueño hasta materializarlo.

Y como dice un excelente coach, Juan Diego Gómez Gómez:

"En tiempos de tristeza y llanto, aprendamos a vender pañuelos"

Twitter: Romano De Jacobis Cortazar