Nueve gubernaturas, 500 diputaciones federales, 903 presidencias municipales y 639 diputaciones locales se disputarán el 7 de junio de 2015, en lo que se anticipa, será, una contienda polarizada y cerrada, pero sobre todo, desarrollada en medio de un entorno violento.

El Proceso Electoral Federal 2014- 2015 que inició hace pocas horas, es ya, el más grande en la historia de México, no sólo por su costo (37 mil millones de pesos, aproximadamente), sino por su complejidad en la logística (instalación de 152 mil casillas), el número de personas con derecho a voto (82 millones) y la aparición de su nuevo “arbitro”: el INE (Instituto Nacional Electoral).

Por su parte, los diez partidos nacionales tratarán de ganar el mayor número de posiciones a lo largo y ancho del país que les permita conformar una base fuerte de cara a los comicios de 2018, en el que se renovará al Presidente de la República.

Del “acarreo” al terror

Todos saben que la búsqueda, ejercicio y permanencia en el poder son las funciones principales de cualquier instituto político; sin embargo, la manera en cómo lo hacen debe ser vigilada por las autoridades (electorales o de procuración de justicia), los ciudadanos y hasta por los medios de comunicación para que el voto se ejerza y se cuente.

Durante muchos años, la exigencia fue que el gobierno en turno dejara de entrometerse en todos los pasos de la elección (planeación, organización,  desarrollo, conteo y validación), ahora, el problema no está en las casillas o en los órganos competentes, sino en las acciones ilegales que ocurren fuera de estos, es decir, la compra del voto, el “acarreo”, el “clientelismo”, el corporativismo, etcétera; pero también, en el clima de terror que se vive en diversas regiones de nuestro territorio.

En varias zonas de Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Chihuahua o Coahuila es muy difícil realizar actos públicos- masivos, debido que el convocante y los asistentes están en peligro de sufrir algún ataque por parte de alguna banda ligada al narcotráfico.

Candidato prevenido…

Las campañas han cambiado desde el punto de vista de la seguridad. Cualquier candidato a gobernador, legislador o a una alcaldía “grande” debe saber que su integridad, la de su equipo y la del público en sus eventos es lo más importante y no debe escatimar recursos para ello. La ilegalidad fomentada y alimentada desde la clase política ha sido desplazada por otros actos siniestros y perversos, especialmente de los delincuentes.

Hay otro factor que pasa desapercibido y que es, tal vez, el origen de la crisis que enfrenta el ámbito gubernamental, legislativo y electoral: la selección de los personajes y sus posibles conexiones ilícitas.

Honestos vs deshonestos

Las fuerzas políticas son cuestionadas por su lejanía, falta de resultados y nula transparencia o rendición de cuentas; no obstante, sus “desaseados” ejercicios para el nombramiento de sus representantes es el punto que menos se analiza y por lo tanto, se cuestiona.

En la mayoría de los casos, los partidos eligen de entre sus filas a sus futuros abanderados, en pocas ocasiones, buscan y postulan a actores de la sociedad civil que se identifiquen con sus principios o proyectos; en ambos ejemplos prevalece la opacidad y falta de información sobre origen de los bienes o recursos económicos de los aspirantes.

Y es que estas organizaciones no siempre “lanzan” al hombre o a la mujer más preparada (académica, profesional e intelectualmente hablando), por el contrario, se decantan por la figura que posee más dinero, influencia o lealtad con el sector dominante.

“Químicamente puros”

Son escasas las medidas y controles que se emplean desde los comités municipales, estatales y federales de las agrupaciones para saber si los candidatos son “químicamente puros”, esto es, limpios de cualquier delito, que lleven una vida honesta, sin vínculos con algún cártel y alejados de escándalos o conflictos de interés que pudieran dañar a la marca.

Todos los partidos optan por aliarse con el “diablo” -si es necesario-, con tal de ganar sin importar los daños y el desprestigio que le causen a éste, porque saben que en México todo se olvida al cabo de tres o seis años, es coyuntural, dicen.

Exhorto previo a 2015

El proceso electoral se acerca, vigilemos y juzguemos las acciones del PRI, PAN, PRD, PVEM, Panal, MC (Movimiento Ciudadano), PT, Morena, PH (Partido Humanista) y al PES (Partido Encuentro Social) y exijámosles que impulsen a personas aptas para que nos representen antes del inicio de su rebatiña a nivel nacional.

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