Cuando escuchamos la palabra: política, inmediatamente la asociamos con discusión, poder, corrupción, privilegios o desacuerdos y creemos que es una actividad o ciencia tan imperfecta con más desilusiones que buenos resultados.

En ocasiones, es importante saber que no todo es negativo en ésta y que es necesario resaltar lo bueno, como por ejemplo, el exitoso modelo de transición política llevado a cabo en España por su artífice, Adolfo Suárez.

¿Quién fue?

Para la generación actual, el nombre de Adolfo Suárez quizá signifique poco o sea desconocido, sin embargo, él es considerado por muchos de sus paisanos como el creador del actual sistema político español, debido a los cambios y acuerdos que llevó a cabo durante la segunda mitad de los años setenta.

Tras la dictadura de 39 años encabezada por Francisco Franco, el rey Juan Carlos I nombró a Suárez en 1976, Presidente del Gobierno, un año después (1977) se convirtió en el primer mandatario electo democráticamente y en 1979 ganó su segunda elección para el mismo cargo, el cual duraría menos de dos años por su dimisión por diferencias con algunos actores políticos.

Durante los casi cinco años de su mandato, impulsó la legalización de los institutos políticos, la transformación de las instituciones franquistas y el consenso entre las diferentes fuerzas, incluyendo a las opositoras como el Partido Comunista de España o el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con el propósito de llegar al entendimiento y al desarrollo.

El milagro

Es admirable el corto tiempo que les llevó la transición a los españoles. En tan sólo un lustro pudieron transitar de un régimen dictatorial a una democracia naciente pero sólida.

Sin duda que este periodo fue difícil en algunos lapsos (intento de golpe de estado), pero la voluntad y la civilidad de los diferentes personajes del ámbito fueron clave para lo que hoy representa dicha nación en materia política; lamentablemente no podemos decir lo mismo de México.

El ejemplo mexicano

Nuestro país estuvo sometido en buena parte del siglo XX, al control ejercido por el partido único en el poder (PRI), hasta que en el año 2000, un partido diferente (PAN) llegó a la Presidencia y con él, las esperanzas de millones de personas para “extraer de raíz” los vicios, los métodos y las prácticas priistas con el objetivo de ser la mejor democracia de Latinoamérica.

Por desgracia –u omisión-, el gobierno de Vicente Fox no hizo lo suficiente para transformar el país; después, la administración de Felipe Calderón terminó por sepultar los anhelos y sueños de ser el ejemplo a seguir en materia partidista, electoral, gubernamental y legislativa.

México no tiene ni ha tenido en las últimas décadas a un “Suárez”, aunque algunos traten de mitificar la figura de Colosio, lo cierto es que nuestros políticos sólo ven por sus intereses y no tienen la visión democrática de un país donde el voto cuente y se cuente bien.

Un líder y algo más

A pesar de que Adolfo Suárez no era una figura tan reconocida al momento de asumir la Presidencia, pronto demostró que tenía la altura para conducir y encabezar la reconciliación de un pueblo que atravesó por una guerra civil y con la represión tan característica de la dictadura.

Miembro del partido franquista (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), del cual fue Ministro Secretario General, Suárez guió por el camino de la institucionalidad ese periodo tan corto y a la vez tan difícil que le permitió a España consolidar a los gobiernos subsecuentes como el de Felipe González (1982- 1996).

España hoy

Actualmente, la denominada “Madre Patria” atraviesa por la peor crisis económica de su historia contemporánea, de la cual son culpables los González hasta los Rajoy, pasando por los Aznar y los Rodríguez Zapatero, no obstante, su fortaleza para salir adelante radicará en las personas y los mecanismos que moldearon. 

Sin duda vivimos un mundo imperfecto, de guerras, enormes desigualdades entre pobres y ricos, dictaduras, actos de espionaje, crisis, etcétera; pero al recordar el ejemplo de España, sí es posible generar cambios positivos en diferentes materias. Suárez dejó de existir hace unos días pero su legado perdurará por siempre, ojalá que pronto surja en esta tierra alguien con las mismas características, así tal cual, así como fue.

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