Es inevitable, nos aterra, pero no está NADA difícil… deveras.

Yo no sé si le pasa a todo mundo, pero es una realidad que cada vez que hablo del tema con alguien, la respuesta común es “lo bueno es que tenemos hasta marzo”, aunque siguen sin hacer nada al respecto, seguramente con la esperanza de que (a) como por arte de magia el conocimiento los ilumine de un momento a otro -tipo el anuncio de la credencial del IFE-, o (b) desaparezcan como muchas cosas que suceden en México (¿te acuerdas del Renave?) por ser tan poco funcionales que nuestras autoridades deciden echarse pa’tras.

Y muchos otros ya corrieron al amparo de ésos que te venden los folios carísimos ofreciendo, además, que tu factura se va a ver muy hermosa.

En realidad la factura no tendría por qué ganar un concurso de belleza. Es un trámite que para tu contacto sólo le significa una firma (y nadie más la va a ver) mientras que su contador es quien la procesará y, con tantas que manipula a diario, el diseño lindo le viene valiendo gorro.

Y no veo por qué habría que pagar por algo que tú puedes hacer en línea, de forma gratuita, dándote el tiempo y la oportunidad de aprender a hacerlo. La curva de aprendizaje es infinitamente menor de lo que nos imaginamos.

Es que en verdad el procedimiento es fácil y sencillo. Yo, igual que todos los apanicados, sufrí todo el mes de diciembre, angustiada por el GRAN cambio que tenía que hacer y la primera semana de enero corrí a la oficina del SAT a exigirles que me enseñaran paso a paso cómo hacer eso tan dificilísimo (onda Silvia Pinal con Pedro Infante en la película de El Inocente).

La sorpresa fue que en el SAT están más que dispuestos a ayudarnos (claro, es obvio) y no sólo te dan asistencia personalizada, sino que además ofrecen unos cursos para que aprendas.

En menos de media hora, yo ya estaba fuera del SAT y esa misma tarde hice mi primera factura.

Soy feliz.

Si eres free-lance, profesionista independiente, o Pyme, esta guía es para ti. Debes tener ciertos conocimientos básicos del manejo de la computadora e internet (tan simple como el llenado de un formato en línea) y ya haber tramitado tu FIEL en el SAT, que son esos archivitos raros que nos entregaron en un USB. También debes recordar la contraseña correspondiente a esa carpeta.

En tu computadora, debes tener Java actualizado y te recomiendo que accedas al sitio del SAT a través de Chrome y en horarios no hábiles, para evitar que esté saturado el sistema y te frustres (ya cuando le agarres la onda al método, el horario será lo de menos).

Con todo lo anterior ya solventado, ingresa al sitio del SAT y sigue esta secuencia de menús:

Trámites y Servicios > Factura Electrónica > Generación Gratuita

A partir de ahí, el sistema te lleva prácticamente de la mano. De todos modos, preparé una breve guía en Power Point que puedes ver y bajar en esta liga //bit.ly/1eBSUoO

No tengas miedo, el formato está hecho a prueba de errores. La única parte en la que te podrías equivocar es al final al generar la factura y, aun así, ésta siempre podrá ser cancelada.

No te esperes hasta marzo. Cuéntame cómo te va: Twitter @LaBreton