El tema de este blog me queda como anillo al dedo, ya que como se habrán dado cuenta no andaba muerta, andaba de parranda, pero ya estoy de regreso para que no extrañen mis estupideces y amarguras. Esta época del año en lo personal me encanta, ya que la combinación del Halloween con nuestro tradicional día de muertos la hace bastante variada y divertida. Si nos ponemos a observar, algunas personas literal son poseídas por espíritus que las cambian de manera completa durante esta semana,  por lo que encontraremos comportamientos extraños y paranormales como:

Adivina mi profesión: Como ya bien saben, este día es aprovechado por miles y millones de niñas para sacar a la “chica sexy” que traen dentro, por lo que podemos ver desde una policía salida de una sex shop hasta una enfermera de infarto, el chiste es hacerle honor a la profesión más antigua del mundo.

Desperate Housewives: Cada vez es más común ver las casas arregladas como si fueran a grabar la secuela de Chucky, las amas de casa realizan un esfuerzo sobre natural para colgar todo tipo de telarañas, sacarle el puré a las calabazas y pagarle a la CFE un recibo exagerado por ganar el premio del mejor arreglo del vecindario.

Que baje mi abuelito por su molito: Las ofrendas como tradición mexicana, me parecen de lo más padre que tenemos en nuestra cultura, pero luego el preparar la comida favorita del muertito con mucha anticipación resulta bastante desagradable, ya que puedes encontrar unas ofrendas con arroz, mole, pipián y muchos platillos en descomposición que dudo mucho que su difunto disfrute.

Visita obligada al panteón: Es muy curioso que si te apareces cualquier día del año por el panteón, encontrarás muy pocas tumbas adornadas y en su mayoría con las flores marchitas y secas, pero el 2 de noviembre parecería que estamos entrando en la florería más grande del mundo, así que no sean gachos y visiten a sus parientes mas seguido.

Por último solamente comentar que participar en la coreografía gigante de Thriller es  súper naco. Esto ha sido todo por hoy, nos vemos la próxima semana para discutir otro tema banal y seguramente sin sentido. ¡Adiós!