Esta nueva serie de HBO se estrenó el 12 de enero y ha creado revuelo al instante. En primera instancia, True Detective nos da la impresión de tener la misma temática que hemos visto ya tantas veces; un par de policías con problemas personales investigan incisivamente la brutal muerte de una joven mujer que termina siendo una víctima más de un asesino en serie.

Sin embargo, esta serie es completamente diferente a las demás. En las series, generalmente, cada capítulo es dirigido por una persona diferente, y la historia es creada por un grupo de guionistas que le dan forma al guion. Lo que a True Detective la aparta del resto es que fue concebida como una serie de ocho episodios, de inusual forma, estos pocos capítulos fueron escritos únicamente por el novelista y profesor de literatura Nic Pizzolatto (The Killing), y dirigidos solamente por Cary Fukunaga (Jane Eyre). Esta singular dinámica tiene como resultado una singular y cautivante visión.

Los protagonistas son Matthew McConaughey (Dallas Buyers Club, Magic Mike) y Woody Harrelson (No Country for Old Men, The Hunger Games) que al parecer están en la cúspide de sus carreras; McConaughey, quien fuera el bronceado rey de las comedias románticas, asombra con su profunda y reflexiva actuación de un hombre atormentado por su pasado.

La historia va y viene de 1995, al inicio de la desgastante colaboración entre Rust Cohle (McConaughey) y Martin Hart (Harrelson); a 2002, cuando ya están separados y son llamados para repasar su antiguo en el que al parecer no aprehendieron al verdadero asesino ya que hay una nueva muerte con el mismo modus operandi.

Los primeros capítulos son un poco lentos, debido a que la historia va presentando a todos los personajes y sus circunstancias, adentrando a los televidentes en la vida de estas personas y creando una atmósfera que se percibe incómoda y depresiva. Pero este ritmo va escalando rápidamente y es en el cuarto capítulo cuando True Detective muestra todo su potencial. No quiero arruinar la sorpresa, basta con decir que la escena de seis minutos en una sola toma es uno de los mejores momentos en la historia de la televisión y sin duda puedo asegurar que es lo mejor que se podrá ver en televisión este año.

En True Detective no es tan importante el crimen (el por qué, el quién o el cómo), la investigación es tan sólo el pretexto que el Pizzolatto utiliza para mostrarnos la complejidad de los personajes, desarrollándolos a fuego lento para emanar un magnetismo que raramente se ve en televisión.

Para contribuir a la atracción atmosférica de este drama, se debe mencionar la banda sonora creada por T Bone Burnett (Hunger Games, Cold Mountain) quien aporta toques de calma y de inquietud simultáneas. Visualmente las escenas también son memorables; los colores y encuadres enmarcan sutilmente los bellos y desolados paisajes de Louisiana.

Es importante recalcar que True Detective no es como nada que se haya visto antes, tiene un ritmo como ningún otro y puede percibirse como lenta y aburrida, pero esta antología no podría estar más alejada de eso. Es difícil, sí, pero también es bella, intensa y cautivante. Este drama es mucho más de lo que aparenta en un principio y lo ha demostrado en poco tiempo; se espera mucho de ella y el futuro luce brillante para esta excepcional serie.