Un par de semanas después de la inauguración de la ciclovía de la BUAP, o como lo mal llamaron, Parque Lineal Universitario, les vengo a contar lo que sucedió, como nadie lo hizo. Estuve allí así que nadie puede refutar lo que les vengo a decir, estuve en alma y corazón y en el cuerpo de mis espías que están metidos por todos lados.

Desde las 11:00 ya estaba todo listo. Los lobobicis andaban de acá para allá, unos haciendo más que otros, como siempre. Dieron las 13:00 horas, hora en que se supone iniciaría el evento; y como Jesús de Nazareth en Domingo de ramos, llegó Esparza de camisa, zapato y pantalón, sobre una lobobici en vez de burrito, vitoreado por los presentes; no le aventaron ramos porque nada más tenían bicicletas a su alcance. Él está acostumbradísimo, desde que era candidato a la rectoría de la universidad ya lo trataban como el mesías. Luego de algunos minutos llegó otro de los siempre aplaudidos, el buen Tony sobre su propia bici. Quien llegó como 50 minutos tarde fue Rafa vistiendo un pants azul que hacía lucir sus piernotas, a él sí, ni aplausos ni vítores ni lobobici.

Para sorpresa de muchos y principalmente mía, ¡el gobernador Rafael Moreno Valle sí sabe andar en bici! Y digo que es sorpresa porque nunca antes lo habíamos visto. Pero bueno, lo mismo pensábamos de Tony y nos sorprendió llegando a pedalear bajo la lluvia a una rodada de PueBicla.

Los tres llevaban bicis equipadas con luces direccionales y cargador de celular, la diferencia es que sólo Esparza iba en lobobici y le pesó. Al poco rato de pedalear, allí por Circunvalación la lobobici dio de sí y dejó de funcionar; así como les pasan a la de los alumnos, nomas que a él se la cambiaron por una de montaña, y a los alumnos, pues nada.

Como sea el cambio de bicicleta le cayó muy bien porque luego de un kilómetro, tanto el rector como el gobernador dejaron atrás al alcalde y a toda la comitiva. Moreno Valle y Esparza parecían Chris Froome y Nairo Quintana peleando por el Maillot amarillo en el Tour de France de este año, y Gali, bueno él parecía alguien que se quedó muy atrás.

Y es que el pobre Tony sufrió el recorrido y lo sufrió de verdad, no sé si ese día desayunó pesado o si llevaba una capa como la de Piccoro Daimaku, pero le costó mucho subir a los puentes, tanto así que tuvo que desmontar y caminar para poder llegar hasta arriba en uno de ellos. Seguro desde allí alcanzó a ver a los otros dos pedalear felices a la distancia.

No sólo le costó físicamente el recorrido, además anímicamente se llevó un sustito que seguro él califica como sustote, mientras iba pedaleando solito sobre la 14. El chofer de un microbús (ahí sí, perdónenme que no recuerde ni la ruta ni la unidad) le aplicó una que nos aplican seguido a quienes pedaleamos: le aventó un poquito la lámina. Seguramente después del incidente, Tony querrá encontrar una solución para que ningún ciclista sufra nunca un accidente mientras pedalea en la ciclovía; esperemos que no quiera poner algo que segregue al ciclista como los pilares esos horribles de la ciclovía del Centro.

Llegaron, claro, en primer lugar Rafa, luego Esparza y unos minutos después llegó Tony, quien ya se dio cuenta que esos puentes espantosos no están hechos para todos y que no ayudan a nadie, que habrá gente que no pueda subirlos por su edad, su condición física o hasta por su bicicleta. Ojalá abogue porque nunca jamás hagan uno como ese.
Al final, ninguno de los tres se regreso en bicicleta, obviamente.

Así fue, se los prometo. Y ni crean que los dejaré sin un breve pero importante análisis: Muchos dicen que el rector desentonaba por no ir con ropa deportiva, pero están recontra equivocados. Antonio y Rafael iban a hacer ejercicio, iban a inaugurar un parque recreativo, una zona para ir a divertirse y no para transportarse. Alfonso Esparza hizo una excelente elección de ropa: la que usa todos los días para trabajar.

Tanto el alcalde como el gobernador, parece, siguen sin tener muy clara la situación de para qué debe ser la infraestructura ciclista. Justo ahí radica el por qué el nombre de Parque Lineal Universitario está terriblemente mal aplicado. Como le pusieron parque creen que en efecto es un parque, un lugar recreativo y no uno vial. Y aunque parezca que son cosas tontas o simples detalles que nadie toma en cuenta, son aspectos que definen el orden de las cosas, el mensaje que reciben los espectadores y quienes conviven con los ciclistas. Si ellos siguen viendo a la bicicleta como un juguete o un artículo deportivo, así la verán los demás.

Sobre el recorrido tengo la teoría de que alguien le dijo a Moreno Valle que se la echara en chinga porque si no iba a cierta velocidad no iba a poder subir los puentes y pues le tuvo que meter velocidad. El rector nomas lo siguió por cortesía.

Bien por Esparza, mal por Rafa y bueno, pobre Tony, denle un tanque de oxígeno y una botella de agua.

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Ya saben, pueden escribirme mentadas de madre por acá o en Twitter a mi cuenta @el_sexy, y bueno, también otro tipo de comentarios.