El pleito entre los usuarios de Uber (y algunos paladines justicieros de la libertad) que defienden a capa y espada el servicio, y el de quienes se aventuran a defender a los taxistas, ya es conocido. Las redes sociales están a reventar de discusiones sobre el tema. En el Distrito Federal, los operadores del transporte público se enojaron de tal manera que protestaron cerrando calles y con marchas contra el servicio de transporte privado.

Pero aquí el Consejo de Taxistas del Estado de Puebla está sorprendiendo a propios y extraños, pues contrario a los de la Ciudad de México y seguramente a los de otros lugares al rededor del mundo, prefirieron no treparse al tren de la victimización y optaron por enfrentar a Uber como igual, como competidor y actualizarse.

Seguramente ya todos conocen Uber, por eso no explicaré cómo funciona y en vez de eso, les diré las diferencias que veo en el servicio, que hacen, según yo, que no sea competencia para los taxistas.

-No puedes identificar un auto de Uber en la calle, así que no puedes sólo levantar la mano y esperar que uno se pare. Lo que lo hace un servicio exclusivo.
-Los autos son de ciertos módelos y de años recientes, lo que podría considerarlo un servicio de lujo.
-El chofer no va fumando, hablando con su novia, pitando como loco, pasándose altos, escuchando la música que quiera, vestido como sea, etc. Lo que hace de éste, un servicio más cómodo para el pasajero.
-Las unidades no están rotuladas, lo que da la sensación de lujo. Que creo yo, es lo que vende.
-Los usuarios de Uber no serán el total de los de los taxis, serán empresarios, jóvenes universitarios emprendedores, el clásico pipope, el que no puede costear un chofer privado fijo, el que quiere que al llegar a su destino nadie note que llegó en un auto rotulado de negro y amarillo.

Y todo eso está bien, porque no es un servicio que sea para todos; así como comprar en Luxury Hall de Angelópolis tampoco es para todos. Partiendo de allí, no deberíamos considerar a Uber como una competencia de los taxistas, mucho menos como un competidor desleal pues son servicios distintos. O esa es la idea.

Sin embargo, el Consejo Taxista del Estado de Puebla decidió que sí serán competidores en cuanto hizo algo que no creímos que sucedería: modernizar su servicio e imitar algunas de las que creen son las características de Uber que pondrían en riesgo su negocio.

En rueda de prensa, Pedro Díaz, representante de los taxistas adelantó que unas 200 unidades (de las 16 mil que hay) estrenarán un dispositivo digital parecido a un taxímetro que dirá a cuánto asciende el costo del viaje según los kilómetros recorridos. O sea, tendrán un taxímetro.

Además, han creado una nueva aplicación con la que los usuarios podrán solicitar el servicio de transporte desde sus automóviles. Sí, como EasyTaxi, pero, según entiendo, exclusiva para los taxistas poblanos. Y podrán facturar, o algo así. Tendrán GPS lo que servirá tanto al usuario como al cliente para sentirse y estar más seguros.

En la forma en la que veo estas acciones, los taxistas poblanos creen que Uber amenaza su negocio y en vez de ponerse a llorar, se fajaron los pantalones y se actualizan. Sin embargo veo tres detalles importantes. El primero es que seguramente el servicio de transporte público aumentará su costo, el segundo es que, creo que, los taxistas no han entendido que Uber no es su competencia, pues buscan públicos distintos.

Uber va por el pipope, por el mirrrey, por la hija de papi, por el empresario, por el joven emprendedor, etc. La señora con el mandado, la que regresa con sus 3 hijos de la escuela, el oficinista, el chavo al que le cayó la noche esperando el camión y un gran etcétera, seguirán siendo clientes de los taxis, porque ellos, a diferencia de los usuarios de Uber, no buscan lujo (a veces ni siquiera buscan seguridad) sino sólo una manera de llegar más rápido y cómodo que en transporte público.

Y el tercero, según yo el más importante, es que la diferencia que no han captado es la atención al cliente, esa característica de amabilidad sin llegar a incomodar, el hecho de que en Uber te trepas a un auto siempre limpio y sin olores curiosos, de que el chofer conducirá de manera más amable, menos salvaje y que pondrá la música que te gusta, te dará una botella de agua y demás detallitos que sólo algunos valoran; ahí está el detalle.

Y aún así, los taxistas le declaran la guerra a Uber antes de que llegue a Puebla. Ya veremos cómo lo reciben los poblanos y los legisladores.