Las huellas de un gran desatino humano, 11 mayo 2010 - "El 9 de agosto de 1945, seis años después de iniciada la más cruenta guerra gestada por los gobiernos de las grandes potencias, él humilde pueblo Japonés -que nada tenía que ver con las bárbaras decisiones de sus gobernantes-, se levantó tras ... más» Las huellas de un gran desatino humano, 11 mayo 2010 - "El 9 de agosto de 1945, seis años después de iniciada la más cruenta guerra gestada por los gobiernos de las grandes potencias, él humilde pueblo Japonés -que nada tenía que ver con las bárbaras decisiones de sus gobernantes-, se levantó tras otra noche signada por la angustia y el terror. Desde hacía seis meses, decenas de ciudades venían siendo bombardeadas por las fuerzas aliadas dispuestas a arrancar de raíz todo germen del fascismo. Y apenas tres días antes, la más horrible bomba que ha llegado a conocer la humanidad, había sido lanzada por los EEUU contra el pueblo de Hiroshima, asesinando con ella a 180.000 personas, la mayoría de éstas, inocentes civiles. Cerca del mediodía, una bella y enamorada dama, esperaba con ansía a su esposo quien, a esa hora, se hallaba en la ciudad de Nagasaki. Cuando el reloj daba las campanadas de las 11:00 am, ella estaba fuera de la casa observando las montañas que la separaban del lugar donde se hallaba el padre de sus hijos. Dos segundos después, oyó, esta vez muy cerca, otra aterradora detonación como la de tres días antes, que hacía creer que se habían abierto de par en par las puertas del infierno. Un inmenso hongo de fuego y humo se dibujó tras las montañas en el centro de Nagasaki y un ojo satánico guardó en su retina la imagen de todas las personas que tenía a su alrededor. Cerca de 80 mil civiles, sin rol alguno en el conflicto, murieron al instante y en el transcurso del año. Era el regalo de Harry S. Truman, para dar cuenta del "poderío" de la nación americana. 46 años después de este insuceso, el director Akira Kurosawa intentó hacer un acto de reflexión, de perdón y reconciliación, contra cualquier rezago de odio que aun persista en las mentes de su pueblo. Y una abuela -aquella mujer que esperaba al esposo que nunca regresó y que jamás pudo identificar entre los calcinados cadáveres-, siente que ha borrado todo resentimiento de su corazón, pero sigue pensando con dolor en el hombre que tanto amaba. Cuatro nietos la acompañan ahora y los recuerdos vendrán a su mente mientras la disyuntiva de un viaje a Hawaii se pone sobre el tapete. Por desafortuna, es este un filme tímido, de escasa relevancia visual y argumental, y que no logra la suficiente fuerza y sensibilidad a que nos tuvo acostumbrados el maestro Kurosawa. La presencia de Richard Gere muy poco aporta, y la película se diluye sin el impacto emocional que esperábamos se nos diera." - Autor (a): Luis Guillermo Cardona de Colombia  menos«